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jueves, 31 de enero de 2013

LECTURA Y EVANGELIO DEL 31 DE ENERO 2013



31/01/2013

Primera Lectura
Hebreos 10, 19-25

Lectio
Hermanos: En virtud de la sangre de Jesucristo, tenemos la seguridad de poder entrar en el santuario, porque él nos abrió un camino nuevo y viviente a través del velo, que es su propio cuerpo. Asimismo, en Cristo tenemos un sacerdote incomparable al frente de la casa de Dios.

Acerquémonos, pues, con sinceridad de corazón, con una fe total, limpia la conciencia de toda mancha y purificado el cuerpo por el agua saludable. Mantengámonos inconmovibles en la profesión de nuestra esperanza, porque el que nos hizo las promesas es fiel a su palabra. Estimulémonos mutuamente con el ejemplo al ejercicio de la caridad y las buenas obras.

No abandonemos, como suelen hacerlo algunos, la costumbre de asistir a nuestras asambleas; al contrario, animémonos los unos a los otros, tanto más, cuanto que vemos que el día del Señor se acerca.

Meditatio
Ya desde tiempo de la primera comunidad, seguramente que algunos de los cristianos pensaban, como lo hacen hoy en día, que no es necesario el asistir a la misa dominical, que basta con creer en Cristo (hoy incluso solo dicen creer en Dios), por ello el autor de la Carta invita con vehemencia a no dejar de asistir a la asamblea dominical.

Ciertamente es fundamental la creencia en Cristo, sin embargo, es en la asamblea dominical, en la Misa, en donde se da el culto perfecto a Dios, y al escuchar la Palabra y recibir la Eucaristía se fortalece la fe, la esperanza y la caridad. Además, es la oportunidad de convivir con los hermanos que creen como nosotros y que están buscando vivir el Evangelio, es la oportunidad para crecer en el amor y la alegría fraterna.

No dejemos nuestra Celebración Eucarística cada domingo, recordemos las palabra de Jesús: "Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna" (Jn 6, 54).

Oratio
Señor, gracias por el gran regalo de la Misa, gracias por hacerte presente en la Eucaristía, en la Palabra y también en mis hermanos, que todos juntos peregrinamos hacia el encuentro contigo en la dichosa eternidad.

Dame un profundo amor y pasión por esa fiesta de tal modo que no solo quiera ir cada domingo sino que entre semana sienta también esa necesidad de celebrarte con toda tu iglesia.

Operatio

Hoy haré los arreglos necesarios para no faltar ningún domingo a misa.

El Evangelio de hoy
Marcos 4, 21-25

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "¿Acaso se enciende una vela para meterla debajo de una olla o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque si algo está escondido, es para que se descubra; y si algo se ha ocultado, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga".

Siguió hablándoles y les dijo: "Pongan atención a lo que están oyendo. La misma medida que utilicen para tratar a los demás, esa misma se usará para tratarlos a ustedes, y con creces. Al que tiene, se le dará; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará".

Reflexión
Jesús en este pasaje nos da dos enseñanzas, la primera sobre nuestro ser cristiano, el cual debe notarse y la segunda, sobre la caridad y el respeto a los demás. Quisiera insistir en la primera, que es la base para la segunda.

No basta ser bautizados, dentro de nosotros se esconde un misterio que tiene que manifestarse a los demás. Dios ha puesto su Espíritu Santo y su Palabra, en cada uno de nosotros, como una luz que no puede quedarse sólo en nuestro corazón, sino que ha de ser conocida y amada por toda la humanidad. En la medida que dejemos que el Espíritu dirija nuestra vida y hablemos de Jesús a los que nos rodean, en esa medida la luz brilla y el reino de los cielos va siendo una realidad.

No tengamos miedo de dejar que Jesús y la vida en el Espíritu se transparenten en nosotros. Somos el instrumento por el cual el mundo conocerá de una manera más clara a Dios.
¿Es tu vida un reflejo de la vida del Espíritu?

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro

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