21/04/2012
El Evangelio de hoy
Juan 6,16-21
Al atardecer del día de la multiplicación de los panes, los
discípulos de Jesús bajaron al lago, se embarcaron y empezaron a atravesar
hacia Cafarnaúm. Ya había caído la noche y Jesús todavía no los había
alcanzado. Soplaba un viento fuerte y las aguas del lago se iban encrespando.
Cuando habían avanzado unos cinco o seis kilómetros, vieron a Jesús caminando
sobre las aguas, acercándose a la barca, y se asustaron. Pero él les dijo: “Soy
yo, no tengan miedo". Ellos quisieron recogerlo a bordo y rápidamente la
barca tocó tierra en el lugar a donde se dirigían.
Reflexión
La constante invitación que Jesús hace a sus discípulos a
vencer el miedo debido a su presencia salvadora es una muestra de su cercanía y
de su poder que comunica paz. La confianza que vence el miedo es fruto de la
paz que por una parte Jesús brinda con su cercanía y que se extiende en el
tiempo por la acción del Espíritu Santo, el cual nos da la paz de Jesús como
don propio. La confianza que viene de la presencia de Jesús vence todos los miedos
y suscita en el corazón del hombre la paz y por tanto, la apertura a todo don
divino. El miedo nos hace olvidar la presencia de Dios y cierra nuestros ojos y
corazón a su acción amorosa de salvación. Confiemos en que el amor de Dios está
por encima de todo mal y todo peligro.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
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