23/04/2012
Primera Lectura
Hechos 6, 8-15
Lectio
En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y de poder,
realizaba grandes prodigios y señales entre la gente.
Algunos judíos de la sinagoga llamada "de los
Libertos", procedentes de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron
a discutir con Esteban; pero no podían refutar la sabiduría inspirada con que
hablaba.
Entonces sobornaron a algunos hombres para que dijeran:
"Nosotros hemos oído a este hombre blasfemar contra Moisés y contra
Dios".
Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas;
cayeron sobre Esteban, se apoderaron de él por sorpresa y lo llevaron ante el
sanedrín. Allí presentaron testigos falsos, que dijeron: "Este hombre no
deja de hablar contra el lugar santo del templo y contra la ley. Lo hemos oído
decir que ese Jesús de Nazaret va a destruir el lugar santo y a cambiar las
tradiciones que recibimos de Moisés".
Los miembros del sanedrín miraron a Esteban y su rostro les
pareció tan imponente como el de un ángel.
Meditatio
Al escuchar esta lectura nos llena de admiración el odio que
se puede llegar a crear sobre una persona por el simple hecho de creer en
Jesús. Sin embargo, qué lejos estaban las comunidades cristianas de aquel
tiempo, en pensar que esto le sucedería a Esteban. ¿Lo haríamos nosotros los
cristianos con nuestros propios hermanos cristianos? Las divisiones que han
existido, y que aun desgraciadamente existen en la Iglesia, han sido motivo
para calumniar, herir, desterrar e incluso llegar a matar aquellos que no
profesan la fe de la misma manera. Las luchas religiosas en todo el mundo lo
único que han dejado es hambre, miseria, muerte, desolación y sobre todo
grandes heridas en el corazón de los creyentes. ¿La causa?, que no dejamos que
Dios arregle las cosas, sino que las queremos arreglar nosotros, y de esta
manera el odio solo engendra más odio.
Esteban, nos dice la escritura, lleno del Espíritu Santo,
dejó que Dios hablara por medio de él, con palabras de amor, no con espadas ni
con lanzas. En tu trato con hermanos que no profesan la fe como tú, permite a
Dios actuar; si te atacan, siéntete feliz de padecer por el nombre de Jesús, y
tu caridad mostrará a tus adversarios que Dios verdaderamente vive en ti.
Recuerda que el amor siempre vence.
Oratio
Señor, te pido tu cortesía y dulzura para tratar con los que
profesan algo diferente de lo que yo creo; los que difieren en aspectos de fe,
de moral y sobre todo los que difieren con respecto a tu divinidad, Jesús;
enséñame a ser cortés y afable y que en esa manera de tratarlos, ellos puedan
descubrirte a ti.
Operatio
En este día buscaré a esas personas de otra religión con las
que siempre se suscitan confrontaciones, o a aquel que niega la fe y profesa
ser irreligioso con el que también suelo discutir, y hoy simplemente escucharé
con atención, no responderé ataques con ataques, sino responderé con cortesía y
amabilidad, confiando en que Dios se manifestará de una manera más fuerte en mi
testimonio de paz, amor y aceptación.
El Evangelio de hoy
Juan 6, 22-29
Después de la multiplicación de los panes, cuando Jesús dio
de comer a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago.
Al día siguiente, la multitud, que estaba en la otra orilla del lago, se dio
cuenta de que allí no había más que una sola barca y de que Jesús no se había
embarcado con sus discípulos, sino que éstos habían partido solos. En eso
llegaron otras barcas desde Tiberíades al lugar donde la multitud había comido
el pan. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se
embarcaron y fueron a Cafarnaúm para buscar a Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
"Maestro, ¿cuándo llegaste acá?" Jesús les contestó: "Yo les
aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto señales milagrosas,
sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse. No trabajen por ese
alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna y que
les dará el Hijo del hombre; porque a éste, el Padre Dios lo ha marcado con su
sello".
Ellos le dijeron: "¿Qué necesitamos para llevar a cabo
las obras de Dios?" Respondió Jesús: "La obra de Dios consiste en que
crean en aquel a quien él ha enviado".
Reflexión
Es importante el trabajo en nuestra vida, Jesús mismo
trabajó de la misma manera que nosotros lo hacemos; después, como trabajo,
realizó el anuncio de la Palabra de Dios. El mismo San Pablo les dice a los
tesalonicenses: "El que no quiera trabajar que tampoco coma". Sin
embargo, ya había dicho Jesús que no sólo de pan vive el hombre. Es, pues,
importante, junto con nuestro trabajo cotidiano con el cual sostenemos el
cuerpo, el trabajar también por el alimento espiritual el cual nos es dado por
el mismo Cristo.
La lectura diaria del "pan de la Palabra", nuestra
lectura espiritual, nuestro rato de oración son los elementos que, como veremos
en estos días, unidos a la Eucaristía, hacen que nuestra vida espiritual crezca
y se fortalezca. Muchos cristianos hoy en día viven con una grande anemia
espiritual que los puede llevar incluso a la muerte espiritual. Si en todos los
comerciales de golosinas han incluido la frase: "Aliméntate bien, come
frutas y verduras", nosotros podríamos decir: ¡Aliméntate bien, ora,
medita y comulga!
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
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