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martes, 24 de diciembre de 2013

LECTURA Y EVANGELIO DEL 24 DE DICIEMBRE 2013

Primera Lectura
2 Samuel 7, 1-5. 8-12. 14. 16

Tan pronto como el rey David se instaló en su palacio y el Señor le concedió descansar de todos los enemigos que lo rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: “¿Te has dado cuenta de que yo vivo en una mansión de cedro, mientras el arca de Dios sigue alojada en una tienda de campaña?”� Natán le respondió: “Anda y haz todo lo que te dicte el corazón, porque el Señor está contigo”�.

Aquella misma noche habló el Señor a Natán y le dijo: “Ve y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: '¿Piensas que vas a ser tú el que me construya una casa, para que yo habite en ella? Yo te saqué de los apriscos y de andar tras las ovejas, para que fueras el jefe de mi pueblo, Israel. Yo estaré contigo en todo lo que emprendas, acabaré con tus enemigos y te haré tan famoso como los hombres más famosos de la tierra.

Le asignaré un lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré allí para que habite en su propia tierra. Vivirá tranquilo y sus enemigos ya no lo oprimirán más, como lo han venido haciendo desde los tiempos en que establecí jueces para gobernar a mi pueblo, Israel. Y a ti, David, te haré descansar de todos tus enemigos.

Además, yo, el Señor, te hago saber que te daré una dinastía; y cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono será estable eternamente”�.

Meditatio
En la víspera de Navidad, caminaban juntos María y José en su viaje hacia Belén, en donde José debía empadronarse.

Hoy, la Noche Buena, es día de la familia. La situación de María no era la mejor para hacer un viaje tan largo y pesado desde el norte de Palestina, pero ella había comprendido lo importante que es la familia y aquellas palabras de la escritura: “A donde tú vayas yo iré, donde tú estés yo estaré; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios”.

El lugar en donde tuvieron que pasar la noche y donde Jesús viene al mundo, no fue para nada el que José hubiera querido ni para su esposa ni para Jesús, sin embargo, lo importante es que estaban juntos y se amaban.

Que nuestra celebración de esta noche, tenga estas mismas características, al margen de lo que cenaremos o de los regalos que compartiremos. Lo fundamental es que estaremos en familia, que nos diremos cuánto nos amamos y que juntos continuaremos construyendo la felicidad de nuestra familia. Nochebuena, noche para valorar y fortalecer el amor de nuestra familia.

Oratio
Señor, yo sé bien que no soy digno de que vengas a mi casa, y de que no sería nunca capaz de ofrecerte algo honorable para que tú vivieras, pero por tu amor te ofrezco mi corazón y mi vida entera para que vivas en mí. Con todo mi ser te pido, Señor, ven y nace cada día en mi interior, que sea yo un pequeño portal desde donde el Salvador se revele a los que más lo necesitan.

Operatio
Hoy en la cena de Navidad hablaré con Jesús y de Jesús.

El Evangelio de hoy
Lucas 1, 67-79

En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo:

”Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
y ha hecho surgir en favor nuestro
un poderoso salvador en la casa de David, su siervo.
Así lo había anunciado desde antiguo,
por boca de sus santos profetas:
que nos salvaría de nuestros enemigos
y de las manos de todos los que nos aborrecen,
para mostrar su misericordia a nuestros padres
y acordarse de su santa alianza.

El Señor juró a nuestro padre Abraham
Concedernos  que, libres ya de nuestros enemigos,
lo sirvamos sin temor, en santidad y justicia
delante  de él, todos nuestros días de nuestra vida.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos
y a anunciar a su pueblo la salvación,
mediante el perdón de los pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz”.

Reflexión
Dios nos dice hoy en la Escritura, por boca de Zacarías, que ha visitado y redimido a su pueblo.

De nuevo este cántico nos invita a reflexionar en lo importante que es la conciencia histórica de la salvación. Pensemos por unos momentos que el mismo Dios ha visitado nuestra tierra, nuestra vida, nuestras propias casas.

La Navidad no es simplemente una fiesta sino un acontecimiento salvífico de Dios, que tiene que ser parte de nuestra propia historia. Dios nos visita, para darnos el verdadero sentido de la vida, del amor, del trabajo; para sacarnos de las tinieblas del pecado, del consumismo, de nuestro propio egoísmo que nos cierra y que nos impide darnos cuenta de lo importante que es Aquél que también camina conmigo. La Navidad es la celebración de la luz que hoy hay en nuestros corazones, y que hace que la vida sea totalmente distinta.

Dentro de lo agitado que pueda ser este día, démonos unos momentos para hacer conciencia en nosotros, este paso de Dios en nuestra vida, busquemos en nuestro corazón esta luz, démonos cuenta que Dios verdaderamente, a lo largo de nuestra vida, ha hecho historia en nosotros y en nuestra familia.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

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