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sábado, 16 de febrero de 2013

EVANGELIO DEL 16 DE FEBRERO 2013



16/02/2013

El Evangelio de hoy
Lucas 5, 27-32

En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano, llamado Leví (Mateo), sentado en su despacho de recaudador de impuestos y le dijo: "Sígueme". Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.

Leví ofreció en su casa un gran banquete en honor de Jesús y estaban a la mesa, con ellos, un gran número de publicanos y otras personas. Los fariseos y los escribas criticaban por eso a los discípulos, diciéndoles: "¿Por qué comen y beben con publicanos y pecadores?" Jesús les respondió: "No son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores para que se conviertan".

Reflexión
El gran problema de los fariseos era el sentirse ellos buenos, creer que por tener como padre a Abraham y ser discípulos de Moisés ya habían alcanzado la perfección; que ellos eran los buenos de la historia y esto les daba el derecho de despreciar a los demás, sobre todo a los que, de acuerdo a la Ley de Moisés, eran pecadores, por lo tanto, rechazados de Dios. Habían, por así decirlo, creado la “religión de los buenos” en la cual los “malos” debían ser excluidos. Jesús nos presenta otro tipo de religión. Una religión incluyente, en la que están llamados a participar buenos y malos. Y no para que los malos sigan su mal camino, sino para que busquen cambiar su vida y acercarse de una manera definitiva a Dios. Mateo fue una de esas personas que, no siendo un buen Israelita, siendo incluso un traidor a la patria, fue llamado por Jesús, y de este llamado surgió el gran evangelista, amigo y compañero de Jesús. Jesús nos invita a abrirle las puertas de la fe a los alejados, pues estos son los que más necesitan del amor y del perdón de Dios.

Sé tú como Cristo, un mediador para que los alejados puedan descubrir el amor y la misericordia del Padre, que vino por los enfermos de este mundo, por los enfermos del corazón y del alma.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro

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