28/01/2013
Primera Lectura
Hebreos 9, 15. 24-28
Lectio
Hermanos: Cristo es el mediador de una alianza nueva. Con su
muerte hizo que fueran perdonados los delitos cometidos durante la antigua
alianza, para que los llamados por Dios pudieran recibir la herencia eterna que
él les había prometido.
Porque no entró Cristo en el santuario de la antigua
alianza, construido por mano de hombres y que sólo era figura del verdadero,
sino en el cielo mismo, para estar ahora en la presencia de Dios, intercediendo
por nosotros.
En la antigua alianza, el sumo sacerdote entraba cada año en
el santuario para ofrecer una sangre que no era la suya; pero Cristo no tuvo
que ofrecerse una y otra vez a sí mismo en sacrificio, porque en tal caso
habría tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. De hecho,
él se manifestó una sola vez, en el momento culminante de la historia, para
destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo.
Y así está determinado que los hombres mueran una sola vez y
que después de la muerte venga el juicio, así también Cristo se ofreció una
sola vez para quitar los pecados de todos. Al final se manifestará por segunda
vez, pero ya no para quitar el pecado, sino para salvación de aquellos que lo
aguardan y en él tienen puesta su esperanza.
Meditatio
El autor de la carta a los hebreos es un hombre que conoce
la historia del pueblo judío, conoce las escrituras de Israel y reflexiona
hondamente en el sentido y significado de la historia antigua, pero también
profundiza en el misterio de Cristo y llega a unas conclusiones que conducirán
la reflexión de la iglesia hacia nuevos horizontes.
Pablo mira hacia la iglesia y hacia su Cabeza, Cristo el
Salvador y Redentor, el Primero de entre los muertos y el Primero en todo; pero
el autor de la epístola a los Hebreos, vuelve la mirada al pasado y recuerda
los motivos litúrgicos, sacros y sacerdotales del ministerio de Moisés y de
Aarón. Moisés se presenta como mediador entre Dios y los hombres y por su medio
entrega Dios a Israel las tablas de la Ley y se establece el código de la
Alianza; nos recuerda que Cristo es pre-figurado en la persona de Moisés, de
Aarón, del cordero degollado, y del sumo sacerdote que año con año ofrecía
sacrificios para simbolizar el perdón otorgado por Dios a su pueblo.
Pero en Cristo, tenemos un perfecto mediador porque es
hombre como nosotros, pero también es Dios que reconcilia, perdona y salva; la
alianza que se establece por medio de Moisés está impresa en piedras, la
alianza que Jesús establece se hace en los corazones de los fieles por medio
del Espíritu Santo que se nos ha dado y que nos hace reconocer a Jesús como
Señor y a Dios como “Abba". El sacrificio de Jesús es uno y único porque
la sangre del hombre-Dios es superior a la de todos los animales que se puedan
sacrificar y con ella lava a los hombres y mujeres de todos los tiempos y
lugares, incluidos los que murieron antes de su Encarnación.
Jesús es así (y así lo celebramos en cada misa) el
sacerdote, el sacrificio, el templo, el altar y la ofrenda. Jesús renueva su
entrega generosa y total en cada sacerdote y comunidad que celebran y comparten
el Pan de la Eucaristía.
Oratio
Padre bueno y clemente, tú que nos has dado a tu Hijo para
rescatarnos de la muerte y llamarnos por su medio a la vida plena que vine de
ti y nos comunicas por tu Espíritu Santo, haz que, siendo fieles a tu Hijo
hasta el grado de dar la vida como ofrenda agradable a ti, nos unamos
perfectamente a él, a través de la participación en el sacramento de la
Eucaristía. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Operatio
El día de hoy viviré entregando a Dios cada uno de los
momentos de mi vida como una ofrenda agradable a él.
El Evangelio de hoy
Marcos 3, 22-30
En aquel tiempo, los escribas que habían venido de
Jerusalén, decían acerca de Jesús: "Este hombre está poseído por Satanás,
príncipe de los demonios, y por eso los echa fuera".
Jesús llamó entonces a los escribas y les dijo en parábolas:
"¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Porque si un reino está dividido
en bandos opuestos no puede subsistir. Una familia dividida tampoco puede
subsistir. De la misma manera, si Satanás se rebela contra sí mismo y se
divide, no podrá subsistir, pues ha llegado su fin. Nadie puede entrar en la
casa de un hombre fuerte y llevarse sus cosas, si primero no lo ata. Sólo así
podrá saquear la casa.
Yo les aseguro que a los hombres se les perdonarán todos sus
pecados y todas sus blasfemias. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo
nunca tendrá perdón; será reo de un pecado eterno". Jesús dijo esto,
porque lo acusaban de estar poseído por un espíritu inmundo.
Reflexión
Este pasaje nos sirve para ilustrar en qué consiste el
pecado contra el Espíritu Santo. Los escribas y fariseos, con tal de
desacreditar a Jesús, hacen aparecer todas las obras buenas realizadas por él
como si fueran hechas gracias a la acción del demonio. Esto no es otra cosa que
un rechazo consciente (pues ellos mismos han sido testigos de ello) de la gracia
de Dios; es una resistencia a la conversión.
Esto desafortunadamente puede suceder también en nuestra
propia vida cuando de manera sistemática rechazamos la invitación de Dios a
convertirnos, a dejar nuestra vida de pecado y para ello inventamos toda clase
de excusas, las cuales nos mantienen al margen del amor de Dios. Pecar contra
el Espíritu, entonces, no consiste en hablar mal de él, sino en rechazar la
invitación de Dios a la vida de la gracia. Esto puede incluir, el encerrarnos
detrás de posiciones teológicas, filosóficas o científicas que van bloqueando
la acción de la gracia que busca la unidad y la paz.
No desaproveches hoy la oportunidad que Dios te da para
amarle más y para descubrir en él la única fuente de la verdad y de la
auténtica felicidad.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
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