26/12/12
Primera Lectura
Hechos 6, 8-10; 7, 54-59
Lectio
En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y de poder,
realizaba grandes prodigios y señales entre la gente. Algunos judíos de la
sinagoga llamada "de los Libertos", procedentes de Cirene,
Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban, pero no podían
refutar la sabiduría inspirada con que hablaba. Al oír estas cosas, los
miembros del sanedrín se enfurecieron y rechinaban los dientes de rabia contra
él.
Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró a la cielo, vio
la gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios, y dijo.
"Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha
de Dios".
Entonces los miembros del sanedrín gritaron con fuerza, se
taparon los oídos y todos a una se precipitaron sobre él. Lo sacaron fuera de
la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los falsos testigos depositaron sus mantos
a los pies de un joven, llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración:
"Señor Jesús, recibe mi espíritu". Después se puso de rodillas y dijo
con fuerte voz: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado". Diciendo
esto, se durmió en el Señor.
Meditatio
La Iglesia ha querido poner, inmediatamente después del
nacimiento del Salvador, dos fiestas que nos recuerdan lo que el nacimiento de
Jesús traería para sus seguidores: la fiesta del primer testigo (del griego
marthyr) y la fiesta de los Santos Inocentes. El evangelio de san Juan, ya
desde el inicio, nos dice que Jesús vino a los suyos y no lo recibieron, que las
tinieblas rechazaron la Luz; Jesús, en repetidos ocasiones, lo dijo: "Los
perseguirán… los llevarán a los tribunales… ahí darán testimonio de mi".
La fiesta de san Esteban nos recuerda que la vida cristiana
está llamada, con la llegada del Salvador, a ir acompañada de un testimonio que
puede terminar con el derramamiento de la sangre. Esteban declara delante de
los judíos su pertenencia a Cristo y con gran valor, afronta el ser propiedad
de Cristo. Hoy en nuestra Iglesia falta que los bautizados tomen en serio su
papel delante de la sociedad y se decidan a dar testimonio, a hablar de aquello
que se opone al evangelio, que asuman completamente el compromiso de ser
testigos del Evangelio de luz en un mundo lleno de oscuridad.
Si nuestra Iglesia no avanza y sigue siendo una Iglesia
tibia y vulnerable es porque tenemos miedo de presentarnos, como san Estaban,
descarada y radicalmente cristianos. Ya es tiempo de despertar y plantarnos
delante de todo aquello que no es evangélico y sin importar personas, lugar,
posición, representar, como san Esteban, dignamente a nuestro Señor Jesucristo.
No tengamos miedo de ser y presentarnos como cristianos, la recompensa bien
vale la pena.
Oratio
Señor, lléname de tu Espíritu Santo y transfórmame en un
verdadero siervo tuyo; yo me comprometo a no callar nunca lo que aprendo de ti,
hoy te digo que en cada oportunidad diré con claridad, no importa con quien
esté, como aquél ciego: "Yo soy testigo del poder de Dios".
Operatio
Hoy aprovecharé la oportunidad que se presente y con cada
persona que hable, le mencionaré a Dios.
El Evangelio de hoy
Mateo 10, 17-22
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "Cuídense
de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las
sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán
testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los injurien, no
se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque, en ese
momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que
hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes.
El hermano entregará a su hermano a la muerte y el padre, a
su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los
odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin se
salvará".
Reflexión
Decía el Padre De Lubac: "Si la vida del cristiano
transcurre sin persecución, es porque en ella no está presente la vida de su
Maestro; el cristiano siempre será un hombre contestado".
Si bien es cierto que no todo el tiempo la Iglesia, incluso
el mismo Maestro, fue perseguido, si debemos reconocer que la persecución en
todos los tiempos ha sido el signo INFALIBLE de la autenticidad de la vida
evangélica, es de alguna manera la firma que Dios pone en el cristiano. Esto es
lógico, pues los criterios del Evangelio se oponen en muchas ocasiones a los
del mundo.
Vivir de acuerdo con el Evangelio nos pondrá, tarde o
temprano, en contraposición con los criterios egoístas y utilitarios del mundo.
Es bonito celebrar la Navidad, día de gozo y alegría, sin embargo, no debemos
perder de vista que al final del camino estará la cruz.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
No hay comentarios:
Publicar un comentario