18/12/12
Primera Lectura
Jeremías 23, 5-8
Lectio
"Miren: Viene un tiempo, dice el Señor,
en que haré surgir un renuevo en el tronco de David:
será un rey justo y prudente
y hará que en la tierra se observen la ley y la justicia.
En sus días será puesto a salvo Judá,
Israel habitará confiadamente
y a él lo llamarán con este nombre:
‘El Señor es nuestra justicia‘.
Por eso, miren que vienen tiempos, palabra del Señor, en los
que no se dirá: ‘Bendito sea el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto‘,
sino que se dirá: ‘Bendito sea el Señor, que sacó a los hijos de Israel del
país del norte y de los demás países donde los había dispersado, y los trajo
para que habitaran de nuevo su propia tierra‘".
Meditatio
Esta palabra de Dios nos ayuda a terminar nuestra reflexión
sobre el "Ya, pero todavía no", pues, nos propone dos elementos clave
del Reino mesiánico: La ley y la Justicia. Sería importante que cada uno de
nosotros revisara si nuestra vida es verdaderamente una vida que se apega al
cumplimiento de la ley de Dios, ya que es fácil verse envueltos por los
criterios de este mundo que en muchas áreas de nuestra vida han diluido el
contenido, incluso de los mismos Diez Mandamientos básicos de la ley.
Por otro lado, revisar si nuestra vida también va siendo una
vida que sabe dar, no solamente a cada uno lo que le toca, sino ir más allá,
imitando con ello a Dios, quien, en lugar de darnos lo que merecemos por
nuestras faltas, nos ama, nos perdona y nos da su gracia.
Con la llegada de Cristo se inauguró la vida en el amor y la
justicia, cooperemos a la gracia para que esta sea una realidad creciente en
nuestra vida, en nuestra familia y en nuestra comunidad.
Oratio
Hay muchas cosas injustas en este mundo, Señor, hay cosas
que me indignan, me molestan y me enojan, sin embargo, Señor, tú eres mi
justicia, nuestra justicia, y te agradezco, pues sé que tú tienes el control de
todo lo que ocurre; te ofrezco mi vida y mi persona para que me uses como un
instrumento de tu justicia en el mundo, dame valor, compromiso y
discernimiento.
Operatio
Hoy oraré por todas las víctimas de injusticia en mi país,
miraré las noticias y pediré específicamente por las notas de injusticia que
aparezcan ahí.
El Evangelio de hoy
Mateo 1, 18-24
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María,
su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella,
por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era
hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo
en sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María,
tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un
hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus
pecados".
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho
el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a
luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir
Dios-con-nosotros.
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había
mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa.
Reflexión
Poco se habla de San José porque poco se le conoce. En este
pasaje nos dice Mateo que san José era una hombre "justo". El justo,
en la biblia no es precisamente el hombre "equitativo", es decir el
que da a cada uno lo que le corresponde. En la biblia, el justo es el hombre
que ama a Dios y busca por sobre todas las cosas, y aun a costa de su propia
vida, hacer la voluntad de Dios. Por otro lado, es un hombre que es reflexivo y
que busca en todo descubrir al "Dios que salva".
De acuerdo a nuestras categorías de lenguaje, correspondería
a "santo". Con esta palabra es con la que Dios presenta a José.
Simplemente pensemos qué clase de hombre tenía Dios que escoger para la Madre
de su Hijo y para ser el modelo del esposo y de padre en la Sagrada Familia.
Ojalá y todos los esposos y padres pudieran ser presentados como José: como
hombres justos, como hombres SANTOS.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
No hay comentarios:
Publicar un comentario