26/10/2012
Primera Lectura
Efesios 4, 1-6
Lectio
Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor, los
exhorto a que lleven una vida digna del llamamiento que han recibido. Sean
siempre humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor;
esfuércense en mantenerse unidos en el espíritu con el vínculo de la paz.
Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu,
como es también solo una la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido.
Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos,
que reina sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos.
Meditatio
Ciertamente, como bien dice el refrán mexicano: "No
somos monedita de oro para caerle bien a todos".
No importa que seamos buenos cristianos, muchas veces
nuestro carácter, nuestra manera de ser o la manera de ser de los demás
hermanos no congenia con la nuestra o la nuestra con la de ellos. Aún en la
misma familia nos encontramos que cada uno somos diferentes y que no siempre
coincidimos en nuestros criterios y en la manera de reaccionar ante
determinados elementos. Por ello, san Pablo nos invita, primero a ser
COMPRENSIVOS, es decir, a ponernos en los zapatos de los demás, a entender que
el hermano (esposo, esposa, papá, etc.) ha tenido un mal día, que las cosas no
han salido como se esperaban, simplemente que está cansado; que las historias
que están detrás de nosotros nos han marcado y que por lo tanto sus reacciones
no son las que yo esperaría.
Por otro lado nos invita a SOPORTARNOS, no como quien tiene
que llevar una carga en la espalda, sino como quien ama. Ante la imposibilidad
del cambio, dejemos todo en las manos del Señor y pongamos buena cara ante
actitudes y defectos que muchas veces nos lastiman. Somos una sola familia,
todos diferentes, pero todos llamados a la misma realidad: El amor.
Oratio
Señor, dame tu capacidad de aceptar y amar a los que me
rodean, por muy diferentes que sean de mí, enséñame de tu paciencia, cortesía y
amor, con el que siempre nos tratas. Dame de tu misericordia para tenerla con
aquellas personas con quienes en verdad me cuesta relacionarme.
Operatio
Hoy, minimizaré los defectos de carácter y cuestiones que me
molestan de personas a mi alrededor y me fijaré más bien en las cosas buenas
que encuentre.
El Evangelio de hoy
Lucas 12, 54-59
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "Cuando
ustedes ven que una nube se va levantando por el poniente, enseguida dicen que
va a llover, y en efecto, llueve. Cuando el viento sopla del sur, dicen que
hará calor, y así sucede. ¡Hipócritas! Si saben interpretar el aspecto que
tienen el cielo y la tierra, ¿por qué no interpretan entonces los signos del
tiempo presente? ¿Por qué, pues, no juzgan por ustedes mismos lo que les
conviene hacer ahora?
Cuando vayas con tu adversario a presentarte ante la
autoridad, haz todo lo posible por llegar a un acuerdo con él en el camino,
para que no te lleve ante el juez, el juez te entregue a la policía, y la
policía te meta en la cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de ahí hasta que
pagues el último centavo".
Reflexión
Es increíble hasta dónde puede llegar la ceguera del hombre.
Para la gente que vivió en el tiempo de Jesús no eran suficientes todos los
signos, los milagros, los cientos de curaciones que hizo, etc. ¿Y qué decir de
nosotros? Somos muy inteligentes para conocer hasta los más recónditos
misterios de la ciencia, pero muchas veces nos pasa desapercibido el Dios del
amor, que día a día nos da muestras de su presencia entre nosotros y nos invita
a vivir en él. Se habla hoy mucho de visiones, de catástrofes, de violencia,
etc. Es cierto, estos son "signos de los tiempos" por lo tanto
palabra de Dios. Es una palabra que nos hace ver que el pecado sólo lleva a la
destrucción, que la fe verdadera es creer como creyó Abraham, como creyó María:
En la oscuridad.
Debemos, pues, estar atentos: Dios nos habla, su palabra es,
ha sido y será siempre: Yo te amo.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
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