16/10/2012
Primera Lectura
Gálatas 5, 1-6
Lectio
Hermanos: Cristo nos ha liberado para que seamos libres.
Conserven, pues, la libertad y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud.
Yo mismo, Pablo, les aseguro que, si se dejan circuncidar,
Cristo no les servirá de nada. Y vuelvo a declarar que todo el que se deja
circuncidar, queda obligado a cumplir toda la ley. Ustedes, los que pretenden
alcanzar la justificación por medio de la ley, han perdido a Cristo, han
rechazado la gracia.
Nosotros, en cambio, movidos por el Espíritu Santo,
esperamos ansiosamente la justificación por medio de la fe. Porque para los
cristianos no vale nada estar o no estar circuncidado; lo único que vale es la
fe, que actúa a través de la caridad.
Meditatio
San Pablo afirma categóricamente que lo que salva al hombre
no son las obras (como la circuncisión, o la observancia de los preceptos de la
ley de Moisés) sino la fe. Sin embargo, esta fe tiene una característica
particular que le regresa la validez a la ley y la lleva a su plenitud, como el
mismo Jesús lo dijo. La fe que el cristiano profesa o que debe profesar, si
verdaderamente quiere que su fe sea válida y operante, es una fe que “actúa a
través de la Caridad”. Por eso, en la carta a los corintios dirá: “Podría tener
una fe capaz de mover montañas, pero si no tengo caridad nada soy”.
Mis amados hermanos debemos recordar que seremos juzgados
por la caridad. La fe del cristiano se proyecta en caridad. Caridad que es:
perdón, ternura, comprensión y servicio, sobre todo a los más necesitados. Por
ello la fe es visible para todos los que nos rodean. No puedo decir que creo en
Cristo y mi vida familiar está marcada por el egoísmo, por la discordia, por la
indiferencia; no puedo decirme cristiano y tratar a mis subordinados y a los
que se relacionan conmigo con despotismo e indiferencia.
¡Sí! La fe es la que salva, pero la fe actúa a través de la
caridad. ¿Es esta la fe que tú tienes en Cristo?
Oratio
Señor, tengo fe en ti, una profunda y verdadera fe; por eso
pido que me enseñes a vivir en la plenitud de la caridad y me dispongo
completamente para que me moldees y me muestres la manera práctica de amar, no
sólo con palabras sino con obras reales.
Operatio
Hoy buscaré demostrar claramente mi caridad a alguien
desconocido que la necesite, sin olvidar que la caridad con los míos no es
opcional.
El Evangelio de hoy
Lucas 11, 37-41
En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer. Jesús
fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que
Jesús no hubiera cumplido con la ceremonia de lavarse las manos antes de comer.
Pero el Señor le dijo: "Ustedes, los fariseos, limpian
el exterior del vaso y del plato; en cambio el interior de ustedes está lleno
de robos y maldad. ¡Insensatos! ¿Acaso el que hizo lo exterior no hizo también
lo interior? Den más bien limosna de lo que tienen y todo lo de ustedes quedará
limpio".
Reflexión
Una cosa que no nos ayuda a crecer en santidad es el
maximizar lo que quizás no es importante y minimizar lo que sí lo es. Hoy en
día, como en el tiempo de Jesús, se le da mucha importancia a la
"exterioridad". Incluso, en el sacramento de la Reconciliación, se
amplifican algunas de las faltas y se pasa por alto la caridad. Existen
personas que, cegadas por algunas faltas, muchas veces de índole totalmente
exterior o fallas en el carácter, no son capaces de ver sus faltas a la caridad
hacia Dios y hacia los hombres.
Quizás valdría hoy la pena que revisaras cuáles son tus
criterios y tus prioridades; cuáles son las cosas verdaderamente importantes
para ti, pues de esto dependerá fundamentalmente tu vida moral.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
No hay comentarios:
Publicar un comentario