30/08/2012
Primera Lectura
2 Corintios 10, 17- 11,2
Lectio
Hermanos: Si alguno quiere enorgullecerse, que se
enorgullezca del Señor, porque el hombre digno de aprobación no es aquel que se
alaba a sí mismo, sino aquel a quien el Señor alaba. Ojalá soportaran ustedes
que les dijera unas cuantas cosas sin sentido. Sopórtenmelas, pues estoy celoso
de ustedes con celos de Dios, ya que los he desposado con un solo marido y los
he entregado a Cristo como si fueran ustedes una virgen pura.
Meditatio
En esta fiesta de santa Rosa de Lima, la liturgia nos
propone esta lectura en la que san Pablo nos hace ver cómo hemos sido, en
general todos los cristianos, desposados con un solo varón, que es Cristo. Esto
lo hace para hacernos caer en la cuenta de la importancia de la fidelidad, lo
cual nos viene muy bien para reflexionar en nuestra fidelidad al Señor, en un
tiempo y un medio en el que esta palabra ha ido perdiendo gran parte de su
significado.
Hoy batallamos hasta para serle fiel al jabón que usamos
pues, en un medio en el que somos bombardeados continuamente por los Mass Media
que buscan vendernos todo lo habido y por haber, haciéndonos notar todas las
ventajas de cierto producto y las desventajas del que hemos usado por años, es
fácil cambiar de rumbo.
Esto, que en un producto de aseo no tendría gran
trascendencia, en nuestra vida de relación con Dios y con los demás, es de
capital importancia. Si tomamos en cuenta la oferta religiosa que tenemos hoy,
podremos darnos cuenta de que, sólo de las sectas cristianas, sin contar las
iglesias formales de la reforma que tienen bases teológicas y que, en conjunto
están buscando trabajar para regresar a la unidad, las puras sectas son más de
2000. Cada una de ellas, a su modo, busca que la gente se adhiera a ella
ofreciendo, desde bonos de comida hasta una teología más relajada en la que
invita a sus files a “no sufrir”.
Esto ocurre también en el ambiente social en el que
parecería, por su forma de vestir y de comportarse, que los hombres y las
mujeres se vendieran al mejor postor. No importa si ya se ha hecho una elección
previa, todo puede cambiar. La palabra “para siempre” hoy ya no existe.
Debemos, pues, estar atentos, ya que nadie queda excluido de este modo perverso
en el que el demonio actúa en nuestras vidas buscando que seamos infieles a
Cristo y a su Palabra.
Mantengámonos firmes, como Santa Rosa, que teniéndolo todo,
se adhirió para siempre a Jesús en pobreza y castidad y así permaneció hasta el
fin de su vida.
Oratio
Padre clemente, que nos has mostrado tu fidelidad a la
alianza pactada con nuestros primeros padres, enviándonos a tu Hijo para sellar
ese pacto de amor y amistad, míranos a nosotros, tus hijos, que constantemente
nos alejamos de ti y somos infieles a tu amistad, y concédenos imitar la
fidelidad de tu Hijo que lo llevó incluso a la muerte, y una muerte de cruz,
para que merezcamos así, gozar de la herencia eterna que has prometido a
quienes se mantengan firmes hasta el final. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Operatio
Voy a reflexionar al inicio o al término de la jornada para
decubrir aquellos aspectos de mi vida en que no soy fiel al amor incondicional
que Dios me regala en Cristo.
El Evangelio de hoy
Mateo 13, 44-46
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "El Reino de
los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo
vuelve a esconder y, lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel
campo.
El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en
perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y
la compra".
Reflexión
En esta sección de su evangelio, Mateo coleccionó una serie
de parábolas de Jesús en las que ilustra lo que significa el Reino. En este par
de parábolas, nos deja ver que el Reino es algo tan maravilloso que, quien lo
descubre, podríamos hoy decir, quien lo experimenta, tiene por
"basura", como dirá san Pablo, todo lo demás.
Quien ha tenido la experiencia de Dios, quien ha experimentado
que Dios le ama, se da cuenta que la vida en su amor, la vida en el Reino, es
la única que vale la pena vivirse, es tal la felicidad, la paz, el gozo que
experimenta viviendo en el Reino, que desprecia sufrimientos, humillaciones y
hasta la vida misma, con tal de permanecer en él.
La vida vivida en Jesús, por medio del Espíritu Santo, es
decir, la vida del Reino, es tan hermosa que nada se puede comparar a ella. Si
hoy el mundo continúa fascinado con los placeres, la moda y otras vanidades, es
porque no ha descubierto esta perla preciosa, es porque no se ha dejado seducir
por el amor de Dios, es porque no ha probado la vida que ofrece el Evangelio.
Si tú todavía no la has vivido, si todavía no la has
experimentado, pídele en tu oración a Jesús el poder descubrir esa perla, ese
tesoro, pues esto cambiará totalmente tu vida.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
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