26/06/2012
Primera Lectura
2 Reyes 19, 9-11. 14-21. 31-35. 36
Lectio
En aquellos días, Senaquerib, rey de Asiria, envió
mensajeros para decir a Ezequías: “Díganle esto a Ezequías, rey de Judá: «Que
no te engañe tu Dios, en el que confías, pensando que no será entregada
Jerusalén en manos del rey de Asiria. Sabes bien que los reyes de Asiria han
exterminado a todos los países, ¿y crees que sólo tú te vas a librar de
mí?»"
Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó.
Luego se fue al templo, y desenrollando la carta delante del Señor, hizo esta
oración: “Señor, Dios de Israel, que estás sobre los querubines, las naciones
del mundo, tú has hecho los cielos y la tierra. Acerca, Señor, tus oídos y
escucha; abre, Señor, tus ojos y mira. Oye las palabras con que Senaquerib te
ha insultado a ti, Dios vivo. Es cierto, Señor, que los reyes de Asiria han
exterminado a todas las naciones y han entregado sus dioses al fuego, porque
ésos no son dioses, sino objetos de madera y de piedra, hechos por hombres, y
por eso han sido aniquilados. Pero tú, Señor, Dios nuestro, sálvanos de su mano
para que sepan todas las naciones que sólo tú, Señor, eres Dios".
Entonces el profeta Isaías, hijo de Amós, mandó decir a
Ezequías: “Esto dice el Señor, Dios de Israel: ‘He escuchado tu oración’. Esta
es la palabra que el Señor pronuncia contra Senaquerib, rey de Asiria: ‘Te
desprecia y se burla de ti la doncella, la ciudad de Sión; a tus espaldas se
reía de ti la ciudad de Jerusalén. De Jerusalén saldrá un pequeño grupo y del
monte Sión unos sobrevivientes. El celo del Señor de los ejércitos lo
cumplirá’. Por eso, esto dice el Señor contra el rey de Asiria: ‘No entrará en
esta ciudad. No lanzará sus flechas contra ella. No se le acercará con escudos
ni levantará terraplenes frente a ella. Por el camino por donde vino se
volverá. No entrará en esta ciudad’. Palabra del Señor ‘La protegeré y la
salvaré por ser yo quien soy y por David, mi siervo’".
Aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió a
ciento ochenta y cinco mil hombres en el campamento asirio. Por la mañana, al
contemplar los cadáveres, Senaquerib, rey de Asiria, levantó su campamento y
regresó a Nínive.
Meditatio
En medio de nuestro mundo tecnificado, que pocos son los
que, como el rey saben recurrir a Dios para dejarle a él resolver sus
problemas; parecería más fácil usar de nuestros propios recursos y de nuestras
propias fuerzas para alcanzar las metas que nos hemos propuesto. Sin embargo,
el salmo 127 nos dice: “El Señor da de comer a sus amigos mientras
duermen". Debemos, pues de tener siempre en mente, que ciertamente es muy
importante, hasta pudiéramos decir, vital, el hacer nuestro máximo esfuerzo en
todo lo que emprendamos, pero es fundamental darle oportunidad a Dios de
completar y perfeccionar lo que nuestras manos van haciendo. No olvidemos que
contamos con un Dios que es el creador de todo el universo y que para él NADA
es imposible, por lo que las dificultades en nuestros proyectos no tienen mayor
complicación. Como el rey Ezequías, reconozcamos que sólo Dios tiene poder y
aprendamos a confiar en su infinito amor y poder.
Oratio
Padre bueno, que en tu infinita bondad has querido no sólo
crear el universo, sino que con tu amor paterno sostienes el curso de la
historia y nos llevas siempre de la mano, como Padre amoroso, a fin de que no
desfallezcamos en nuestro esfuerzo cotidiano por ser fieles a ti, ayúdanos
siempre, con el don de tu Espíritu, a llevar a cabo nuestras labores poniendo
todo el esfuerzo necesario como si todo dependiera de nosotros, y confiando
siempre en tu presencia amorosa que lleva siempre a buen término todas nuestras
acciones.
Operatio
El día de hoy reflexionaré unos momentos antes de tomar mis
grandes decisiones, para dejar que el Espíritu Santo me guíe a actuar para
gloria de Dios.
El Evangelio de hoy
Mateo 7, 6. 12-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No den a
los perros las cosas santas ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las
pisoteen y después se vuelvan contra ustedes y los despedacen.
Traten a los demás como quieren que ellos los traten a
ustedes. En esto se resume la ley y los profetas.
Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y
amplio el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por
él. Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la
vida, y qué pocos son los que lo encuentran!".
Reflexión
Aunque, como reconocen la mayoría de los estudiosos, es
difícil la interpretación del versículo 6 de este capítulo, la gran mayoría de
los exégetas (incluso los protestantes), están de acuerdo en que es probable
que esté referido a la Eucaristía en relación a aquellos que no reconocen la
santidad de ésta, que sería el no reconocer la presencia real de Cristo en la
Eucaristía y recibirla sin la fe y la piedad que ésta requiere. Debemos
recordar que en la primera comunidad había un gran celo y un gran respeto por
la Eucaristía (por las cosas santas) de manera que a la Eucaristía sólo podían
participar los bautizados, lo cual significaba, haber aceptado la vida de
acuerdo al Evangelio y estar viviendo conforme a ésta. Los catecúmenos, así
como los paganos, no eran admitidos. Quizás hoy valdría la pena el reflexionar
en la santidad de lo que recibimos los domingos, a fin de hacernos más conscientes
de que lo que se nos da es "una cosa Santa", es decir, el Cuerpo y la
Sangre de Cristo. Piensa hoy un poco en cuál es tu actitud al ir a recibir la
Comunión. ¿Eres verdaderamente consciente de la santidad de lo que recibes?
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
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