25/05/2012
Primera Lectura
Hechos 25, 13-21
Lectio
En aquellos días, el rey Agripa y Berenice llegaron a
Cesarea para saludar a Festo. Como se detuvieron algún tiempo allí, Festo
expuso al rey el caso de Pablo con estas palabras:
"Tengo aquí un preso que me dejó Félix, cuya
condenación me pidieron los sumos sacerdotes y los ancianos de los judíos,
cuando estuve en Jerusalén. Yo les respondí que no era costumbre romana
condenar a ningún hombre, sin carearlo antes con sus acusadores, para darle la
oportunidad de defenderse de la acusación.
Vinieron conmigo a Cesarea, y sin dar largas al asunto, me
senté en el tribunal al día siguiente y mandé que compareciera ese hombre. Los
acusadores que se presentaron contra él, no le hicieron cargo de ninguno de los
delitos que yo sospechaba. Se trataba sólo de ciertas discusiones acerca de su
religión y de un tal Jesús, ya muerto, que Pablo asegura que está vivo.
No sabiendo qué determinación tomar, le pregunté a Pablo si
quería ir a Jerusalén para que se le juzgara allá de esos cargos; pero como él
pidió ser juzgado por el César, ordené que siguiera detenido hasta que yo
pudiera enviárselo".
Meditatio
Pablo ha pedido ver al "César", es decir, ha
pedido ver al máximo gobernante para exponerle la fe en Cristo, como se lo
pidió el mismo Señor. Qué importante es que nuestros gobernantes no solo
conozcan a Jesús, sino que busquen vivir de acuerdo a su evangelio.
No hace mucho se aprobó en México la despenalización del
aborto, cosa que en un país cuyo censo revela que el 96 de la población es
"cristiana", no debería haber existido ni siquiera como iniciativa de
ley. Si esto ocurre es porque muchos de los gobernantes (no sólo en México sino
en la mayoría de los países) no han sido profundamente evangelizados.
Ciertamente no es fácil llegar a esas cúpulas, pero es deber de nosotros
procurar los medios (aunque sea con nuestra oración diaria), para que el
Evangelio toque sus corazones y así evitar todas las injusticias y desórdenes
morales que vienen por la falta de conversión de muchos de aquellos que dirigen
nuestra sociedad. Hagamos público el Evangelio, busquemos los medios para que
todos, sobre todo los que están en nuestra esfera social, conozcan y amen a
Jesús.
Oratio
Señor, te pido por los gobernantes de mi nación y de mi
entidad; te ruego, Dios mío, que les envíes misioneros y profetas para que te
conozcan. Y en la medida de lo que yo pueda apoyar quiero prometerte que estaré
dispuesto, no me callaré cuando haya algo importante que decir respecto a la
ley. Por lo pronto me comprometo contigo a tener una mayor conciencia social y
atender mejor a la manera en que elijo a nuestros gobernantes mediante el voto.
Operatio
Hoy buscaré en las noticias cinco situaciones importantes en
mi país y entidad y haré una oración específica por cada una de ellas; además
veré si hay algo en lo que yo pueda colaborar.
El Evangelio de hoy
Juan 21, 15-19
En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro:
"Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?" Él le contestó:
"Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta
mis corderos".
Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me
amas?" Él le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero".
Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas".
Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me
quieres?" Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por
tercera vez si lo quería y le contestó: "Señor, tú lo sabes todo; tú bien
sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas.
Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa
e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te
ceñirá y te llevará a donde no quieras". Esto se lo dijo para indicarle
con qué género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo:
"Sígueme".
Reflexión
Al concluir este período, desde la Cuaresma hasta
Pentecostés, en el cual hemos caminado con Jesús, primero preparándonos y
modificando nuestra vida para hacerla más concorde con el Evangelio y así vivir
la Pascua de manera permanente, y posteriormente siendo testigos de las
maravillas de Dios en nuestra vida, la liturgia nos presenta la despedida de
Jesús a Pedro. Si después de todo este camino que hemos hecho nos preguntara
Jesús: "¿Me amas más que los demás que trabajan contigo, o más que tus
hermanos, o más que tu propia vida?" ¿Cuál sería tu respuesta? Todo este
camino realizado ha buscado que crezcamos en el amor a Jesús, el cual debe
manifestarse de manera concreta en los que nos rodean. ¿Podrías decir que tu
amor a Jesús es notorio en la comunidad (principalmente en tu casa)? Este
próximo domingo pídele al Espíritu Santo, fuente del amor, que te conceda un gran
amor por Jesús y por el Reino, que sea tan grande y tan perfecto que los demás
lo noten y viendo tus buenas obras, crean en Jesús y en su amor.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
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