29/03/2012
Primera Lectura
Génesis 17, 3-9
Lectio
Cuando Dios se le apareció, Abram se postró con el rostro en
el suelo y Dios le dijo:
"Aquí estoy. Este es el pacto que hago contigo: Serás
padre de una multitud de pueblos. Ya no te llamarás Abram, sino Abraham, porque
te he constituido como padre de muchas naciones.
Te haré fecundo sobremanera; de ti surgirán naciones y de ti
nacerán reyes. Contigo y con tus descendientes, de generación en generación,
establezco un pacto perpetuo, para ser el Dios tuyo y de tus descendientes. A
ti y a tus descendientes les daré en posesión perpetua toda la tierra de
Canaán, en la que ahora vives como extranjero; y yo seré el Dios de
ustedes".
Después le dijo Dios a Abraham: "Por lo que a ti toca,
tú y tus descendientes guardarán mi pacto de generación en generación".
Meditatio
Ya en la víspera de iniciar la celebración de los misterios
que nos dieron vida, la Palabra de Dios nos invita a reflexionar sobre el
cumplimiento de las promesas que Dios nos ha hecho. De la misma manera que
Dios, ante la fidelidad de Abraham, cumplió la alianza y la promesa que le
había hecho; así, Jesús, el Verbo Encarnado, cumple en nosotros todas las
promesas que nos ha hecho; especialmente como a Abraham la de la tierra
prometida, promesa que en Cristo se refiere al Reino, lugar en el que se
desarrolla la felicidad, la alegría y la paz perfecta que Dios nos ofrece. Para
ello nos pide que le seamos fieles, que nos avoquemos a cumplir la ley que, a
través de Jesús, nos ha hecho conocer, y que es la ley del amor. Es por ello
que en la medida en que nos esforzamos en vivir de acuerdo a la caridad, en esa
medida nuestra vida va adquiriendo las características del Reino, es decir:
justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Esfuérzate este día en vivir el amor; dale una sonrisa a
todo el que te encuentres en el camino, ábrele tu corazón al hermano que te
buscará hoy, acepta el reto de servir con ánimo generoso. Te darás cuenta al
final de tu día que efectivamente Dios ha cumplido en ti su promesa y te habrá
renovado.
Oratio
Te estoy profundamente agradecido, Señor, por dejarme
experimentar tu amor, por dejarme experimentar el cumplimiento de tus promesas,
porque tú no dejas que ninguna palabra tuya caiga, tú cumples, Señor, siempre
cumples y yo experimento día a día tu amor y tu bondad para conmigo. Te pido,
Dios mío, que cuides que mis pasos siempre estén dirigidos a la tierra
prometida, a ese Reino de dicha y felicidad que me está preparado. Guárdame,
Señor, y que toda mi vida y mi entorno estén orientados hacia la
bienaventuranza eterna.
Operatio
Este día, a todos los que me encuentre, les expresaré lo
dichoso que soy y la felicidad que hay en mi vida; con un gesto, una sonrisa,
un abrazo, un detalle, pero que manifieste que soy feliz.
El Evangelio de hoy
Juan 8, 51-59
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Yo les
aseguro: el que es fiel a mis palabras no morirá para siempre".
Los judíos le dijeron: "Ahora ya no nos cabe duda de
que estás endemoniado. Porque Abraham murió y los profetas también murieron, y
tú dices: 'El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre'. ¿Acaso eres
tú más que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron.
¿Quién pretendes ser tú?"
Contestó Jesús: "Si yo me glorificara a mí mismo, mi
gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, aquel de quien ustedes
dicen: 'Es nuestro Dios', aunque no lo conocen. Yo, en cambio, sí lo conozco; y
si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso como ustedes. Pero yo lo
conozco y soy fiel a su palabra. Abraham, el padre de ustedes, se regocijaba
con el pensamiento de verme; me vio y se alegró por ello".
Los judíos le replicaron: "No tienes ni cincuenta años,
¿y has visto a Abraham?" Les respondió Jesús: "Yo les aseguro que
desde antes que naciera Abraham, Yo Soy".
Entonces recogieron piedras para arrojárselas, pero Jesús se
ocultó y salió del templo.
Reflexión
Uno de los grandes problemas de nuestro mundo moderno es la
falta de fidelidad. Con una facilidad asombrosa nos cambiamos de marca, de
automóvil, de trabajo, etc. Esto se extiende a la vida matrimonial en donde
muchas parejas (incluso cristianas), desde el momento de su matrimonio ya
consideran la posibilidad del divorcio olvidándose de las promesas ante al
altar. Igualmente, muchos hermanos, con facilidad se dejan conducir por
doctrinas extrañas olvidándose de las promesas bautismales y del credo que
durante años han recitado en la Eucaristía. Y es que ser fiel no es fácil,
implica en ocasiones arriesgarlo todo. Ser fiel a la palabra de Dios, sobre
todo en cuestiones sociales, en nuestro testimonio diario, o en la vida
matrimonial puede implicarlo todo, incluso la misma vida, como en el caso de
Jesús.
Si algo se valora de un servidor es que éste sea
"fiel", que sea capaz de sostener la palabra dada aún a costa de la
propia vida. Para ellos, para los que han sido fieles, Jesús promete la vida
que no acaba Jamás. Preparémonos para reafirmar nuestras promesas bautismales
en la Vigilia de Pascua.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
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