CAPITULO
VII
Cuando se dio la orden «Hágase la Luz», la primera actividad
fue la obediencia. Surgió la luz en cantidades ilimitadas, y así ocurre con
todo lo que se refiere a la actividad exterior del único Principio Activo:
Dios. Quiero decir que la primera actividad de todo lo externo es la obediencia
perfecta a la presencia «YO SOY», pues sólo así se puede expresar
armoniosamente la esencia pura.
Hay
que esforzarse por mantener tranquila en todo momento la expresión exterior;
así sea entre amigos, parientes, socios o lo que sea, de cualquier condición o
edad, pues cada vez que surge el impulso de discutir, criticar o resistir, es
la señal de que la conciencia carnal se está entrometiendo para llamar la
atención sobre ella. Ese es el momento de darle la orden de observar obediencia
y silencio. Lo importante es conservarse en calma, en Gracia de Amor, Luz y
Obediencia.
Es
inútil discutir; silencia tú el exterior. Cuando el estudiante entra ya en el
sendero consciente, la menor apariencia de resistencia o de perturbación le
indica que debe decretar
«YO SOY LA OBEDIENTE E INTELIGENTE
ACTIVIDAD DE MI MENTE Y CUERPO; YO SOY EL PODER QUE GOBIERNA Y ORDENA TODO
ARMONIOSAMENTE». Todavía no puedo entrar a enumerar los
elementos perturbadores de las actividades exteriores, porque sería impulsar en
el estudiante una resistencia o, tal vez, un complejo de culpabilidad. Cuando
los estudiantes estén lo suficientemente fuertes para escuchar estas verdades,
se les darán. Basta con la mención hecha de que deben estar en guardia para no
aceptar resistencia ni tentaciones de criticar. Cada uno debe usar muy a menudo
la declaración: « YO SOY LA GUARDIA
INVENCIBLE ESTABLECIDA Y SOSTENIDA EN MI MENTE, MI CUERPO, MI HOGAR, MI MUNDO
Y MIS ASUNTOS». Esta guardia es la presencia «YO SOY», y, naturalmente, es
Infinita Inteligencia. La conciencia de esto establecerá esa guardia de
actividad inteligente, que no tendrá que ser repetida constantemente una vez
que sea establecido el impulso, o sea, el momentum.
Volvamos
al punto de que cada vez que usamos el «YO SOY», sabemos que está actuando el
poder del Amor, la Sabiduría y la Inteligencia Divinas. Usa también la declaración:
«YO SOY LA ACCIÓN PLENAMENTE LIBERADORA
DEL AMOR DIVINO». (Recuerda que el Amor, como virtud o atribución de Dios,
es una entidad viviente, ya que Dios es Vida, y todos Sus atributos están
vivientes.)
Yo sugiero como
actividad preparatoria para cada día que los estudiantes declaren con firmeza y
con gozo (sabiendo de antemano que el propio poder dentro de la declaración
la hace mantenerse vigente): « YO SOY EL AMOR, LA SABIDURÍA Y EL PODER CON SU
INTELIGENCIA ACTIVA, LO QUE ESTARÁ ACTUANDO EN TODO LO QUE YO PIENSE Y HAGA
HOY. YO LE ORDENO A ESTA ACTIVIDAD INFINITA QUE SEA MI PROTECCIÓN Y QUE ACTÚE
EN TODO MOMENTO, HACIENDO QUE YO ME MUEVA, HABLE Y PROCEDA ÚNICAMENTE EN ORDEN
DIVINO».
Y
es bueno que durante el día se declare: «YO
SOY LA PRESENCIA GOBERNANTE QUE ME PRECEDE A DONDE YO VAYA DURANTE ESTE DÍA,
ORDENANDO PERFECTA PAZ Y ARMONÍA EN TODAS MIS ACTIVIDADES».
De
esta manera se deja la puerta abierta para el flujo constante de la presencia
interior que transformará tu mundo, te impedirá el contacto con la desarmonía
y hará que la paz y la armonía se hagan en todo contacto exterior.
No
importa cuál sea la manifestación dentro o fuera del cuerpo; el estudiante debe
adoptar la firme determinación de que su cuerpo es el Templo del Altísimo.
Esta
es una verdad incontrovertible, y esta actitud mantenida conscientemente
traerá el cuerpo a la actividad perfecta, como es la intención divina. Yo les
recuerdo en todo momento a los estudiantes que no hay otra forma de lograr
adquirir una cualidad o un atributo deseado, sino reclamándolo, sabiendo que
existe en nuestro espíritu perfecto. El exterior se ha acostumbrado a creer en
la imperfección del ser humano y, por consiguiente, no puede manifestar
perfecciones bajo tales condiciones. El pensamiento del estudiante, en
general, es el siguiente: «Bueno, ya comprobé que no manifiesto esta cualidad
que yo deseo y debe ser porque no estoy lo suficientemente adelantado». Pero yo
te aseguro que no importa lo que esté manifestando el cuerpo o ser humano, el
fracaso es imposible cuando se ha puesto en movimiento el «YO SOY», ya que se
ha pronunciado la Verdad, además de movilizar los atributos de Dios. Muchas
veces he visto a mis discípulos a punto de manifestar una gran victoria, y no
solamente han fallado en el último momento, por la duda y la falta de
persistencia, sino que le han cerrado la puerta por tiempo indefinido.
El
estudiante debe obligarse a mantener en su mente que cuando se ha puesto en
movimiento el Poder de Dios, al pronunciar el «YO SOY», primero ocurre el caos
universal antes de dejar de cumplirse la afirmación. No puede jamás dejar de
actuar la actividad «YO SOY», a menos que el exterior se lo impida. Esto puede
ocurrir cuando la precipitación asoma ya en el plano terrenal y la «efluvia» ataca para destrozarla.
Todo
estudiante debe vigilarse con gran atención para no usar el «YO SOY» en expresión
negativa, porque cuando se dice: « Yo
estoy enfermo, o Yo he fracasado, o Yo no estoy actuando correctamente», se
está lanzando esta magna energía para destrozar aquello que deseas lograr. Esto
ocurre siempre que se usa el pronombre «YO», como ya lo sabes, pues ésa es la
válvula que abre el «Poder Universal». Conociendo que «YO SOY» eres tú mismo,
cuando dices: «me duele la cabeza, tengo el estómago malo», etc., estás lanzando
la energía para que actúe en esos órganos en la forma que estás decretando,
pues es igual cuando usas diferentes verbos y el pronombre posesivo. Se
refieren éstos a una persona. «YO». No hay sino una sola persona que pueda
afirmar en tu mundo, TU. Cualquier expresión que únicamente pueda ser
apropiada por ti, para ti, está incluyendo la energía y la actividad de la
presencia «YO SOY». La actitud correcta es que si un órgano aparenta estar
rebelde, hay que declarar y mantener con firmeza:
«YO SOY LA ÚNICA Y PERFECTA ENERGÍA ACTUANDO AQUÍ, POR LO
TANTO, TODA APARIENCIA DE PERTURBACIÓN ES INSTANTÁNEAMENTE CORREGIDA».
Este
es el punto importante que hay que mantenerles a los estudiantes, y si por la
fuerza de la costumbre usas algún agente exterior, como por ejemplo, un
medicamento, úsalo parcamente, siempre aclarándote a ti mismo la verdad, hasta
que adquieras la maestría suficiente para gobernar enteramente por vía de tu
presencia «YO SOY».
Yo
te aseguro que aunque creas que el agente medicamentoso te ha aliviado,
siempre es la presencia «YO SOY» la que le ha comunicado al medicamento el
poder de aliviarte. Por ejemplo, YO, Saint Germain, he observado el mundo
médico por muchos siglos, y cada vez que un individuo en autoridad dice que
tal o cual medicina ya no sirve, al poco tiempo la medicina desaparece por
completo del escenario. Lo que ocurre en la mente de todo individuo pensante
es que consideran que ciertas hierbas o substancias tienen una acción química
que corresponde al elemento dentro del cuerpo. Y yo te digo: ¿Qué es lo que te
da la afinidad química? El poder de tu «YO SOY» que te permite pensar. Así
cuando le das la vuelta al «Círculo de Actividad», encuentras que no hay sino
una Inteligencia y Presencia actuando, el «YO SOY DIOS EN TÍ».
Entonces, pues,
¿por qué no te enfrentas a esta verdad? Plántate sin vacilación y piensa: « YO
SOY ESA PRESENCIA EN ACCIÓN». Es la misma Vida en mí y en todos los remedios a
los cuales les da su poder.
¿No
es mucho mejor ir directamente a la Suprema Fuente de todo, y recibir su
Omnipotente e Inagotable asistencia, que no puede fallar, en lugar de
concederle a algo interior que te lleva a otro algo exterior, a lo cual tú le
has concedido el Poder de aliviar la condición a la cual diste el poder de
molestarte?
Yo
sé que no es fácil dejar muy viejas costumbres. Pero un poco de meditación
obligará al raciocinio exterior a soltar su dependencia en estos remedios
exteriores y depender exclusivamente de la gran presencia «YO SOY».
Por supuesto que
no hay otro modo de convencer a un estudiante respecto a esta cuestión vital,
sino por la aplicación de estas verdades con determinación y firmeza. Además
NADIE PUEDE DEMOSTRARLE HASTA QUÉ GRADO SE PUEDE APLICAR LA VERDAD; SÓLO ÉL
PUEDE DETERMINAR ESE GRADO. A veces la energía interior, acumulada por el
deseo, es de tal magnitud, que el individuo se asombra ante los resultados.
La
palabra que emplean los orientales es OM.
Significa lo mismo que «YO SOY» (I am). A mí personalmente me gusta más el «YO
SOY», porque el estudiante siente más la acción de Dios en él. Para los
orientales «OM» es una presencia universal, y no da la conciencia que da la
presencia «YO SOY» actuando en el individuo. Esto explica la condición que
existe hoy en la India, que por la confusión de tantas castas, han caído en el
error de creer que lo que es importante es la entonación en que cantan «OM».
Sí es verdad que impone una actividad, pero no la de energizar la acción del
individuo y, por consiguiente, la diferencia de entonación es de poco
beneficio.
El sistema de los Maestros Ascendidos desde tiempo inmemorial
ha sido el uso consciente de la Presencia «YO SOY». El reconocimiento y plena
aceptación de DIOS EN ACCIÓN en el individuo es lo que imparte más y más la inteligente
actividad, plena y completa, de la Presencia de Dios. Esto es la práctica de la
Presencia de Dios, o sea, la Deidad.
Aquellos orientales que han alcanzado grandes alturas, y que
los hay sin duda, lo han logrado a fuerza de meditar sobre esta verdadera
actividad. Tal vez la verdad más sencilla y más poderosa que el individuo puede
sostener es que cuando él diga «YO SOY» pone en acción dentro de sí mismo,
consciente o inconscientemente, la plena energía de Dios sin adulteración
alguna. La energía se convierte en poder, a través del uso consciente. El
hecho de que un individuo está encarnado como ser humano es una orden de elevar
su mundo a un estado de actividad perfecta. Cuando la conciencia del individuo
es elevada, todo el mundo de ese ser es subido al plano de actividad interior.
La frase oriental «O mani padme hum» significa «Dios actuando
en el individuo». Usa el «YO SOY» en lugar de «OM» en todo momento, porque tal
vez tú has vivido encamado en cuerpos hindúes. Conociste ese uso, y para impedir
que se invoque un uso inferior, emplea el «YO SOY», para que te lleve a la
altura completa.
Cada
vez que tú usas el «YO SOY», pones la pura energía en Dios en movimiento, sin
color ni tinte de concepto humano. Es la única forma de mantener la pura
energía de Dios incontaminada por calificaciones humanas.
Enormes resultados se
logran en corto tiempo por medio del uso de las afirmaciones siguientes:
«YO SOY LA PURA INSPIRACIÓN; YO SOY LA
LUZ PURA. EN ACCIÓN AQUÍ» (visualiza esto en
y a través del cuerpo en el propio momento); «YO SOY LA PURA REVELACIÓN DE TODO LO QUE YO QUIERO SABER».
Mantén
para siempre dentro de ti las riendas del poder. La gente teme abrazar el Gran
Poder de Dios y dejarlo obrar. ¿Y qué puede haber en Dios que te dé temor?
Tienes que reclamar o apropiarte lo que tú desees. Di:
«YO SOY AHORA EL SER ASCENDIDO QUE
DESEO SER». Esto te envuelve inmediatamente en la
Presencia Ascendente.
«YO SOY LA ETERNA LIBERACIÓN DE TODA
IMPERFECCIÓN HUMANA». Esto realiza quien es «YO SOY».
«YO SOY ACEPTO AHORA MI PERFECCIÓN
COMPLETA Y TERMINADA YA».
Usa
las explicaciones de las afirmaciones para tu propia comprensión, pues la
conciencia carnal es un Santo Tomás, incrédulo y criticón. No lo dejes dudar.
Di: «ESTE CUERPO MÍO ES EL TEMPLO DE
DIOS VIVIENTE Y ES ASCENDIDO AHORA».
Las
instrucciones generalmente son para que el estudiante se compruebe la Ley a sí
mismo. Di a menudo: «YO SOY EL PODER QUE
GOBIERNA ESTA ACTIVIDAD Y, POR CONSIGUIENTE, SIEMPRE ES NORMAL».
En
todo el Universo no hay un individuo que pueda reconocer el «YO SOY» ajeno
para ninguna otra persona. Uno puede dirigirse al «YO SOY» colectivo y, por
supuesto, porque en ese «YO SOY» entra uno también, pero no es lo mismo cuando
se trata del «YO SOY» individual. Cada paso alcanzado por ti en el
reconocimiento de que eres, es una adquisición permanente y no se puede
retrogradar.
La efluvia es la masa de energía negativa mal usada que flota en todo el planeta,
o donde quiera que vivan seres humanos, y que está compuesta de las emanaciones
mentales de todos los seres que, no conociendo la Ley de Mentalismo, no saben
que sus pensamientos toman forma, quedan flotando y despiden una gran fuerza
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