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sábado, 22 de octubre de 2011

EL LIBRO DE ORO DE SAINT GERMAIN ( CAPITULO XXI )


CAPITULO XXI

OH, si todos los estudiantes pudieran comprender que no existe ni actividad, ni conciencia mayor que la práctica de la Presencia «YO SOY». No importa cuál de los canales entre los muchos que el hombre utiliza, ni tampoco importa cuál de los ángulos de la verdad se está manifestando, todos llevan al fin a éste que ustedes tienen el privilegio de conocer y usar ahora.

Ya sabes que todo conocimiento es inútil si no se practi­ca. Tú, que practicas la actividad «YO SOY», ya sabes y sientes la diferencia inmensa que existe entre Ella y todos los otros canales que se conocen en el planeta. Cuando el es­tudiante pronuncia «YO SOY» con sentimiento y conoci­miento de la Verdad, está poniendo en actividad física y vi­sible la Presencia y el Poder de Dios, que es «YO SOY», y esto es totalmente diferente a toda otra costumbre y prácti­ca, a toda otra afirmación que jamás se haya formulado en palabras. Es decir, que no existe ninguna otra expresión que tenga el poder del «YO SOY» para cumplir cualquier pro­pósito, siempre que sea usada con atención consciente. Por eso fue que el Maestro Jesús la añadió a sus más importan­tes afirmaciones; y si los estudiantes comparan y meditan las afirmaciones que hizo el Maestro Jesús, captarán la estu­penda plenitud de lo que acabo de decir.

Tengo que advertirles que en ningún momento debe nin­gún instructor cobrar dinero por esta enseñanza. Los discí­pulos pueden dar las ofrendas amorosas que deseen, pero el pago como obligación cierra la puerta de inmediato, ya que la actividad «YO SOY» está regida por una faceta de la Ley Divina que tendré que explicarte algún día. En estos mo­mentos no se puede, ya que por más amorosos que sean tus deseos, no te es posible entrar en la radiación del Círculo In­terior. Los hermanos que están recibiendo esta enseñanza pasaron treinta años en una difícil e intensa labor de prepa­ración para poder efectuar este trabajo. El Círculo Electró­nico dentro del cual actúa esta radiación está ajustado en forma muy especial, y para poder incluir a otros seres hu­manos habría que reajustarlo y transformarlo. Cada persona tiene su propia radiación y acción vibratoria, y por bella que sea la radiación nueva, tomaría algunos años para adap­tarla. Este mecanismo invisible, por decirlo así, aunque es poderosísimo, es también más delicado que el más tenue velo.

Otra advertencia que debo hacerte a propósito de la ra­diación de la actividad «YO SOY» es que por ningún res­pecto debe ningún estudiante o instructor adelantarle esta enseñanza a aquellos que no estén aún en esta radiación. Y no queremos que alguien sea tan desafortunado que se le ocurra pensar o decir que está autorizado para divulgar esta enseñanza cuando aún no ha recibido el permiso de comu­nicarla.

El instructor o el discípulo que practique la actividad «YO SOY» con sentimiento profundo y con sinceridad, no tendrá jamás que comercializar la enseñanza cobrando las clases, ya que el «YO SOY» convertirá al practicante en un imán invencible de la Opulencia Divina. Todo el que prac­tique diciendo «YO SOY la Omnipresente e Ilimitada Opulencia del Padre para mi uso», aunque al principio no tenga plena comprensión, tarde o temprano podrá comprobar la plena verdad y el poder que encierra el tratamiento. Yo sé que para el individuo el sustento es de primera im­portancia, pero en la Tierra el dinero es fugaz como las are­nas movedizas, hasta que se aprende a practicar la actividad «YO SOY» conscientemente, y se verá que la provisión es ilimitada. 

Así sea de dinero, amor, comprensión, luz o ilu­minación recibe la convicción que te estoy irradiando para que la uses con conciencia inamovible. Esto te dará la libe­ración de la estrechez monetaria.

Otro dato que yo vacilaba en darte aún, pero que vuestro empeño me ha obligado a esclarecer, es que sabiendo que la Presencia «YO SOY» —que en estos momentos estás po­niendo en movimiento—, es la misma en todo individuo, en la Tierra y en todo el Universo, y que ella misma es la que te da el Poder y la Inteligencia para formular tus decretos, quiero que sepas también que esa tu aplicación consciente está actuando en todas partes igualmente. No es sólo en las circunstancias que en un momento dado te aquejan. Te mando esto con una radiación especial para que la puedas usar con toda confianza.

El estudiante tiene que hacer esfuerzos conscientes para mantener su mente en paz de manera que el Poder Interior fluya sin obstrucción y se puedan cumplir los deseos. Cuan­do en el colegio te daban un problema de aritmética para poderlo resolver y también la comprobación, si al principio no lograbas resolverlo, tenías que continuar hasta que salie­ra todo correctamente, ¿no es así? Y si encontrabas dificul­tades en la operación le preguntabas a la maestra. 

Esto es idéntico. Continúa aplicando las reglas que ya conoces hasta que se te den tus deseos o necesidades. Cuando haces una afirmación basada en el «YO SOY», no puede fallar, siem­pre que tu determinación no vacile.

Un gran consuelo y un gran alivio es el siguiente: cuando a la Presencia «YO SOY» se le pide Luz, Amor, Sabiduría, Poder o Iluminación, es imposible albergar un deseo o intento egoísta. Una cosa no va con la otra, y «YO SOY» eli­mina la forma negativa. Lo más importante para todo indi­viduo es llegar a anclarse en la Magna Presencia y siempre ser fortificada por Ella, ya que se está valiendo de una Inte­ligencia, un Amor y un Poder tan grandioso y poniéndolo en acción, y que éste actúa primero en ellos mismos.

A casi todos los estudiantes les entra un impulso de en­señar antes de haberse fortalecido mentalmente lo suficien­te, y se encuentran entonces con obstáculos que no saben dominar. Se desaniman, sufren bajones y se retiran de la en­señanza defraudando la maravillosa labor que hubieran po­dido hacer más adelante. La Magna Presencia «YO SOY» organiza todo esto si se le invoca para ello. Se requiere enor­me fortaleza para no dejarse mover. No hay nada que te pueda dar fortaleza y llevarte al éxito completo en tu activi­dad exterior como el uso consciente de tu Presencia «YO SOY». Ponte inflexible contra lo que trate de disuadirte.

Contra la interferencia di: «Yo sé lo que hago y lo estoy haciendo. Mi YO SOY me guía y me fortalece». A veces tendrás que decir cosas muy fuertes para cortar la interfe­rencia, pero no te dejes dominar por ella.

El uso de la Presencia impide que se desarrolle algo de­sequilibrado. ¿Por qué? Porque «YO SOY» es el Perfecto Equilibrio. Es el Poder, es la Inteligencia, es el Amor que gobierna toda Perfección. Su sola mención y actividad obli­ga el equilibrio. La orden «YO SOY» es la actividad de aquello que ya existe, obligándola a aparecer en el exterior. Hay varias personas, que si usaran la frase poderosa de Je­sús, «YO SOY la Resurrección y la Vida» continuamente. ascenderían sus cuerpos físicos con toda seguridad. No se pueden usar las palabras «YO SOY» seguidas de lo que uno desee sin comunicarles el poder de manifestarse. Jesús vino por su propia voluntad a enseñarles a los discípulos la for­ma como él dominó al último enemigo.

Hay dos cosas que retardan el adelanto de un estudiante.
Una es cuando el esposo o la esposa no están de acuerdo con los esfuerzos de su cónyuge. La otra es la sugerencia aje­na. Tú tienes tu Presencia «YO SOY» que es Omni-inteligente, de manera que hazte impermeable a toda suges­tión buena o mala.

Algún día consagraré una plática entera al sabio manejo de las cosas psíquicas (astrales, lunares, psiquismo, etc.). No existe una persona en diez mil que comprenda que el des­pertar de la clarividencia no es espiritual. Cuando se co­mienza a ver en el plano psíquico, sólo se está usando la vis­ta física, pero algo expandida. Eso es todo.

En el plano psíquico también se reciben sugerencias que ofrecen un mínimo de la verdad, lo suficiente para despertar el interés del sujeto hasta que las fuerzas psíquicas (dañinas) se apoderen de él. Esto puede ocurrir por lo fascinante del fenómeno, pero sólo hay que enfocar la atención en la Pre­sencia «YO SOY» y ésta lo extrae de allí y lo ancla plena­mente en el Plano Espiritual y en la Presencia «YO SOY».

Cuando las personas se mezclan con el plano psíquico. se encuentran que todo se distorsiona. No se obtiene ningu­na prueba definitiva de la Verdad y se hace la confusión en la mente. Las entidades del plano psíquico comienzan a profetizar y a veces a alabar. Es lo primero que hacen. Bus­can ponemos bajo su dominio. La salvación está en que ra­die se le puede oponer a un Mensajero de la Luz. y todo el que trabaja en la Presencia «YO SOY» es Mensajero de la Luz: es Radiación. Aquellos que se les oponen reciben la reacción, ya que la Luz rechaza todo lo que no es igual a ella misma.

Comienza siempre dando tu gran amor y tu adoración a tu propia Presencia «YO SOY». Luego a las Entidades de Luz que te puedan ayudar, y luego afirma tu «YO SOY> en afirmaciones como «YO SOY la Victoriosa Presencia en cualquier cosa que yo desee». «YO SOY la Presencia en toda orden que doy, cumpliéndola, llenándola», etc. Ahora no hay nada que cierre la puerta tan rápidamente como la impaciencia, la perturbación, el malestar de ánimo, el apuro en ver resultados. Ninguna creación humana, ninguna igno­rancia de otras mentes, aun cuando sean dirigidas a uno per­sonalmente, tienen poder alguno para perturbamos. Si algo de esta clase te confunde, de inmediato dirígete a tu Presen­cia «YO SOY» y exige ver y saber claramente el plan a se­guir y cómo debes calificar la circunstancia.

Este canal debe conservarse siempre limpio y puro. Las imágenes de los Maestros deben ser consideradas sagradas para el estudiante. Recuerda la antigua máxima «Saber, Osar, Hacer y Callar».






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