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viernes, 2 de septiembre de 2011

PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA y PRINCIPIO DE VIBRACIÓN


PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA


La primera frase de la Biblia dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra empero estaba sin forma y vacía...”.


En la segunda parte del librito Nº1 (Significado Metafísico de los Diez Mandamientos) aprendiste el simbolismo triple que emplea la Biblia, y también obtuviste una idea de la forma en que actúa el principio de Correspondencia, cuyo lema es “Como abajo es arriba, como arriba es abajo”, lo que equivale a decir que en nuestro propio ambiente terreno y en todo lo que nos rodea, podemos leer, descifrar, traducir como ocurren esas mismas cosas en otros planos. Que toda acción y toda condición tiene su analogía o su correspondencia en todos los demás planos de existencia, siempre tomando en cuenta que, a medida que la vida se eleva, se van ampliando las experiencias y los poderes. Y veámoslo.


Vamos a tomar un ejemplo terreno, y de acuerdo con el principio de Correspondencia vamos a deducir cómo es realmente ese “Dios” a quien nos instan a amar, a pesar de la imagen inconcebible de crueldad que de Él han dado las enseñanzas.


¿Cuántas veces te has sentido inconforme, molesto, ante el “gran misterio” de que los seres humanos nacen en pecado original por una culpa de Adán y Eva?
¿Qué te ha soplado en el oído tu sentido común? ¿No te has dicho acaso: “Pero qué demonios tendré yo que ver con una pareja que existió – si es que existió – millares de siglos atrás, y hasta cuándo estaremos pagando la deuda? ¿No te ha dicho eso tu sentido común? ¿Y no lo has obligado tú a callar por el simple hecho de que tus mayores te enseñaron a no analizar “los misterios divinos”, so pena de algún castigo terrible?


¿Y frente a aquel otro “gran misterio” que te ha perplejado siempre: “Dios todo lo sabe”, no te has preguntado: “¿Quiere decir que sabe antes de nacer una criatura si ésta se va a condenar o no al fuego eterno? Y antes de atreverte a saber la pregunta que se desprende, alguien te dijo: “¡Calla!¡No nos es permitido sondear los designios de Dios!” Y ¿no te dijo tu sentido común que a semejante imagen de bestial crueldad, no es posible amar?


El sentido común; ese que alguien clasificó “el más común de los sentidos” es la expresión de la Sabiduría divina en este nuestro plano humano. Ya lo aprendiste en la parte segunda. Si notas que algunos de los que te rodean carecen de sentido común, puedes estar seguro de que, si no es retardo mental, ha sido tan frenada y reprimida su mente por los que lo han rodeado, que no se atreve a confiar en su propio discernimiento y siempre sale a consultar la opinión ajena. ¿Qué manifiesta en su vida común? Confusión y disparates.


La Biblia dice que el hombre es hecho a imagen y semejanza de Dios. ¿Qué hace un hombre corriente que va manejando su auto y se le atraviesa un niño? ¿No hace un esfuerzo sobrehumano, frenando con todo su cuerpo, sus sentidos y sus reflejos? ¿No olvida su propia vida, echando a un lado el auto para salvar la vida del niño?


De acuerdo con el gran misterio citado arriba, el hombre debería emular la insensible deidad que él conoce y continuando glacialmente su camino, pasar por encima del niño y dejarlo destripado en medio de la calle!!!
Pues si el hombre, que es apenas un átomo en la Creación, pone todos sus pobres recursos a favor de un niño extraño, el Dios infinito, Todopoderoso, nuestro Padre, cuya esencia ha formado a aquel hombre, tiene infinitos recursos para redimir, proteger y salvar a su infinita creación.


Esta es la forma de aplicar en la práctica el Principio de Correspondencia que dice: “Como es Arriba es Abajo, como es Abajo es Arriba”. Estudiando la mónada se llega al ángel, dijo Hermes.


No podemos juzgar y apreciar exactamente cómo es una condición de vida superior a aquélla que estamos viviendo. Un pobre piensa de un rico “¿Cómo será de agradable el tenerlo todo?” No lo está experimentando y no lo podrá apreciar totalmente hasta que se encuentre rico, aunque sí puede anticipar el agrado juzgando por lo que él mismo siente cuando logra satisfacciones, de acuerdo con su nivel económico.


Eso mismo ocurre entre planos o dimensiones. La hormiga vive en primera dimensión. La mente en ella no pasa de ser un instinto. No le es posible, pues ni calcular, siquiera la vida de un hombre. A esto he querido llegar para explicar el término “conciencia” que tanto usamos en Metafísica y cuando mencionamos la “conciencia” espiritual y la “conciencia material”, “el derecho de conciencia”, etc. Es el estado de adelanto o de atraso. Es el estar consciente de algo, en pleno conocimiento de algo por el hecho de estar experimentándolo en carne propia o en mente propia.


Si a la hormiga le fuere posible meditar sobre el hombre y si se le pudiera enseñar a aplicar el principio de Correspondencia, habría que decirle aproximadamente: “Un hombre es un ser como tú, que fabrica su casa como tú, que busca alimento como tú, que tiene su gobierno como tú y reglas de buen convivir, como tú”. Nada de lo demás lo puede captar porque nada de lo demás ha entrado en su plano de conciencia.


En cada plano existen adelantados que ya están casi a punto de ascender al próximo plano de conciencia, y que ya vislumbran, o presienten las condiciones superiores. Entre los animales hay perros, caballos, etc., de los cuales se dice, “le falta poco para hablar”. Entre los hombres surge un Jesús, por ejemplo, que condesciende en regresar a un plano inferior con el propósito de enseñar a adelantar.


Nosotros estamos ya entre-planos, viviendo y aprendiendo las condiciones del plano Mental, al cual nos estamos graduando. Se dice de nosotros que estamos desarrollando “la conciencia espiritual”, o sea, que nos estamos haciendo conscientes de cosas insospechadas por la gran mayoría que vive en “la conciencia material”.


Por esto es que la gran mayoría rechaza la idea de que los Platillos Voladores puedan ser naves espaciales dirigidas por superhombres, que vienen a escrutarnos, tal como nosotros nos detendríamos a escrutar a una pajarita en su nido empollando sus huevecitos. No nos quieren mal. Sólo nos curiosean. Como es abajo es arriba.


EL PRINCIPIO DE VIBRACIÓN


Este es el Tercer Principio hermético. Su lema es:
“TODO ESTÁ EN MOVIMIENTO, TODO VIBRA”.


Empecemos por pensar en la hélice de un avión. Cuando está inmóvil vemos las astas; dos remos de madera fijos a un eje. De pronto se ponen en movimiento, van acelerando y al ratito no vemos nada! Se vuelven transparentes. Esto es lo que ocurre con la alta frecuencia. Por esto mismo es que no vemos a los espíritus desencarnados. Ellos viven aquí en medio de nosotros pero en una frecuencia de vibración indiferente a la de nuestros cuerpos de carne y hueso. 


En cambio la inmovilidad de una roca, que también se mueve en su propia frecuencia de vibración, es porque su rata vibratoria es excesivamente lenta.


El pensamiento positivo vibra a una frecuencia altísima. Sus colores brillantes, claros, luminosos. El pensamiento negativo vibra lentamente y sus colores son opacos. Cuanto más negativos, tanto más sombríos y tanto más bajo el “tono” de su sonido.


El pensamiento positivo, como la mente que está polarizada en plano positivo, no puede ser dominado por una vibración baja, a menos que haya algún concepto o idea negativa “agarrrada” por alguna parte en el individuo. O a menos que el individuo permita que su pensamiento se vuelva negativo. Jesús dijo: “El dios de este mundo viene a mí y no encuentra nada en mí para asirse”. 


El dios de este mundo es el polo negativo que es lo que impera en la mayoría de las mentes.


El polo positivo, ya lo hemos establecido, es de alta vibración. El polo negativo, de baja vibración. Los sonidos bajos son de vibración lenta. Los sonidos altos, de alta vibración. Los colores oscuros son de bajas frecuencias. Y los colores brillantes de alta frecuencia.


Todo lo que es materia está siempre en movimiento circular. Girando en contorno a algo más grande com los planetas que giran alrededor del sol. Este es el patrón universal para todo lo material.


Los herméticos han enseñado siempre el movimiento vibratorio de la luz, el calor, el magnetismo, la cohesión que es el principio de la atracción molecular que llamamos comúnmente “Amor”, lo mismo que ese gran misterio llamado “la gravitación” o “gravedad”.


Hoy todo el mundo conoce la relación entre el movimiento y el sonido, aunque aún no se ha estudiado en nuestro plano terreno, o sea que aún nadie lo considera de gran importancia. ¿Quién no ha percibido el zumbido de un abanico eléctrico girando a máxima velocidad? La rotación va produciendo diferentes sonidos musicales. Un avión que pasa emite un sonido musical del cual se desprenden varios otros tonos. Estos se llaman “armónicos” como es sabido por los músicos.


Cuando se golpea una nota musical cualquiera, digamos en un piano, repercuten otras dos notas en octavas más altas. Los tonos que suenan son una tercera y una quinta nota del tono golpeado. Esta combinación armónica se llama “el acorde Mayor”, por lo general.


El oído humano no percibe los sonidos que pasan de cierta frecuencia. Cuando algo gira emitiendo un sonido que va en aumento de velocidad, pasada la frecuencia imperceptible para el humano se comienza a ver grados de color, empezando por el rojo oscuro. A medida que aumenta la velocidad el color se va haciendo más brillante, luego pasa al naranja, luego al amarillo, de allí al verde, al azul, al añil y al fin al violeta. Si la velocidad aumenta se vuelve blanco, y de allí en adelante suceden los rayos llamados “equis” (X), luego electricidad y finalmente el magnetismo. Más adelante estaremos en planos mentales y espirituales. Einstein decía que mientras más estudiaba la electricidad más cerca se encontraba del espíritu. Para los humanos estas cosas son aún inexplicables. Pertenecen a los planos sutiles donde residen nuestros cuerpos Astral, Etérico, Emocional, Mental y Espiritual. Los estados de ánimo vibran y lanzan al espacio esas vibraciones en sonidos y en colores. 


Todos los estados mentales se lanzan al exterior del cuerpo que los crea, van golpeando cuerpos afines como hacen los instrumentos musicales, y estas vibraciones afectan en bien o en mal a otras mentes, aumentando los estados emocionales y mentales que están a tono con ellas. Por ejemplo, si alguien se encoleriza, lanza vibraciones de ira, las cuales son atraídas magnéticamente por otro que está también encolerizado, se aumentan unas a otras. El estado emocional va empeorando y se puede llegar hasta el crimen cuando las personas afectadas no tienen el hábito de controlarse.


Los pensamientos e ideas respecto a Dios, sobre los Maestros de Sabiduría, sobre el Yo Superior o sobre todo lo noble y puro tiene vibraciones altísimas. 


Estas elevan cualquier vibración menor, pudiendo curar enfermedades, resolver problemas, etc.



EXTRAIDO DEL LIBRO METAFÍSICA 4 EN 1 VOL. 1 DE Conny Méndez




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