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domingo, 4 de septiembre de 2011

EL PRINCIPIO DE POLARIDAD y LEY DEL RITMO


EL PRINCIPIO DE POLARIDAD


LEMA:


“TODO ES DUAL. TODO TIENE DOS POLOS, TODO SU PAR DE OPUESTOS, LOS SEMEJANTES Y LOS ANTAGÓNICOS SON LO MISMO. LOS OPUESTOS SON IDÉNTICOS EN SU NATURALEZA PERO DIFERENTES EN GRADO. LOS EXTREMOS SE TOCAN. TODAS LAS PARADOJAS PUEDEN RECONCILIARSE”.


Este Cuarto Gran Principio hermético encierra la verdad de que todas las cosas manifestadas tienen dos aspectos, dos polos, que son un par de opuestos con innumerables grados entre ambos extremos. Aquellas antiguas y eternas paradojas que han confundido las mentes como: “Todo es y no es, al mismo tiempo”. “La tesis y la antítesis son idénticas en naturaleza”, y “Los extremos se tocan”, quedan explicadas si se medita este Principio.


La Ley de Polaridad explica que lo que existe entre cosas diametralmente opuestas es solamente cuestión de grados, y afirma que todo par de opuestos puede reconciliarse mediante la aplicación de esta Ley. Vamos a examinar este Principio en los diferentes planos.


En el plano físico encontramos que el calor y el frío son de idéntica naturaleza, siendo la diferencia sólo cuestión de grados. El termómetro indica los grados de temperatura, siendo el polo inferior el llamado frío y el superior calor. Entre estos dos hay muchos grados de calor y frío, y de esos grados el superior es más caliente, en relación con el inferior, que es más frío. No hay absolutamente un tipo fijo. Todo es cuestión de relación y grados. No hay ningún sitio en el termómetro en donde cese el calor y comience el frío. Absolutamente. Todo se reduce a vibraciones más o menos elevadas o bajas. Las propias palabras “elevado” y “bajo” que estamos usando no son más que dos polos de una misma cosa. Son relativos.


Así sucede igualmente con el Este y el Oeste. Si viajamos alrededor del mundo en dirección Oriente, llegamos a un punto que se llama Occidente. Marchamos lo suficiente para el Norte, y pronto nos encontramos viajando hacia el Sur.


El mismo Principio se manifiesta en la luz y la oscuridad, las que en resumen son la misma cosa. ¿Dónde termina la oscuridad? ¿Dónde empieza la luz? ¿Cuál es la diferencia entre grande y pequeño? ¿Cuál entre duro y blando? ¿Entre blanco y negro? ¿Entre positivo y negativo? La escala musical es lo mismo Partiendo de Si, llegamos a encontrar el Si.


El mismo Principio opera en idéntica manera en el Plano Mental. El Amor y el Odio son considerados como diametralmente opuestos e irreconciliables; pero si aplicamos el Principio de Polaridad encontramos que no existe ni un amor absoluto ni un odio absoluto diferentes uno de otro; los dos no son sino términos aplicados a los dos polos de una misma cosa. Empezando en cualquier punto de la escala encontramos más amor y menos odio si ascendemos por ella, o menos amor y más odio si descendemos por ella. Hay muchos grados de amor y de odio, y existe también un punto medio donde el agrado y desagrado se mezclan en tal forma, que es imposible distinguirlos. El valor y el miedo quedan también bajo la misma regla. Los pares de opuestos existen en todo. Donde encontramos una cosa encontramos también su opuesto.


Esto último es lo que permite transmutar un estado mental en otro, siguiendo las líneas de polaridad. Las cosas diferentes no pueden transmutarse unas a otras, pero sí las de igual clase. Por ejemplo, el Amor no puede transmutarse en Este u Oeste, pero sí puede tornarse en Odio, e igualmente el Odio, cambiando su polaridad puede tornarse en Amor. El valor puede transmutarse en miedo y viceversa. Las cosas duras pueden tornarse en blandas, y así sucesivamente, efectuándose siempre la transmutación entre cosas de la misma clase, pero de grado diferente. Tratándose de un hombre cobarde, si se elevan sus vibraciones mentales a lo largo de la línea miedo-valor, se llenará de valentía y despreciará el peligro. Igualmente lo perezoso puede hacerse activo y enérgico, polarizándose simplemente a lo largo de la línea pereza-diligencia.


Una vez entendido el Principio de Polaridad se ve inmediatamente que los cambios mentales que deseamos ver en nuestros enemigos, amigos, nuestros hijos, empleados, etc., son posibles aplicando la Ley. Es como producir un deslizamiento a lo largo de una escala, a saber, no se trata de transmutar una cosa en otra completamente diferente, sino de reducirla a un simple cambio de grado de la misma cosa. Los estados mentales pertenecen a innumerables clases, cada una de las cuales tiene su opuesto, y a lo largo de su propia línea es posible la transmutación.


El Espíritu y la Materia son polos de la misma cosa, siendo los estados intermedios, o planos, cuestión de grados vibratorios solamente. Estos dos polos, en todo lo que existe, se clasifican ellos mismos por su grado vibratorio, o sea su frecuencia, en positivos y negativos. Así, el Amor es positivo, el odio es negativo. La Fe es positiva, el miedo es negativo. La actividad es positiva con relación a la inercia. El color blanco es positivo contra el negro negativo. La Verdad es positiva, la mentira negativa. La properidad es positiva, la carencia negativa. Lo superior es positivo, lo inferior negativo. Debemos recordar que la tendencia de la Naturaleza es en dirección a la actividad dominante del polo positivo.


Además del cambio de polo de nuestros propios estados mentales mediante el arte de la Polarización, el fenómeno de la influencia mental en sus múltiples fases demuestra que el principio puede extenderse hasta abarcar las influencias mentales; esto es, que LOS ESTADOS MENTALES PUEDEN PRODUCIRSE POR INDUCCIÓN DE LOS DEMÁS. ES, PUES, POSIBLE POLARIZAR UN AMBIENTE, UNA SITUACIÓN. La mayoría de los resultados obtenidos mediante los tratamientos mentales se obtienen aplicando este Principio.


Nosotros los estudiantes de Metafísica, jamás empleamos este Principio en otro sentido que el del Bien, pues como se verá más adelante, en el Principio del Ritmo y el de Causa y Efecto, que son las leyes del Bumerang, LO QUE HAGAMOS HACIA OTROS SE NOS DEVUELVE EN IDÉNTICA FORMA, TARDE O TEMPRANO.


La práctica de este Principio nos permite comprender mejor nuestros propios estados mentales, así como los de los demás, y nos cerciora de que ESOS ESTADOS SON PURAMENTE CUESTIÓN DE GRADOS, PUDIENDO ELEVAR LAS VIBRACIONES INFERIORES A VOLUNTAD, CAMBIANDO LA POLARIDAD Y HACIÉNDONOS DUEÑOS DE ESOS GRADOS EN LUGAR DE SUS ESCLAVOS.


Esta Ley nos permite ayudar a otros inteligentemente, polarizando situaciones. Por ejemplo: Ya tú sabes saludar, reconocer y despertar el Cristo en tus semejantes. Es simplemente recordando que el Yo Superior, el YO SOY, la Verdad del prójimo es Perfección. En el lenguaje de la Nueva Era se llama “El Concepto Inmaculado”. Cuanto más emplees esta práctica, tanto más se te olvidarán los defectos que hayas visto, o que veías, en los demás. Llegará el momento en que no te afectarán en lo más mínimo, porque te sentirás en perfecta seguridad de que ese prójimo y hermano sólo está manifestando una mentira que con sólo saberlo tú, elevas su rata vibratoria hacia el positivo, su Verdad.


Las frecuencias vibratorias de un metafísico entrenado, a menudo logran transformar un ambiente en que él penetra, simplemente con su presencia. 


Sólo con la vista de sus ojos, de su sonrisa, de su paz y su alegría polariza los estados mentales. Con unas cuantas palabras positivas transmuta conceptos ajenos negativos imperantes en el ambiente, porque cambia el humor de los presentes, se llenan de esperanza donde antes estaban desesperantes. En este sentido, el poder de Jesús era tan grande que al ver curar a los enfermos a su paso, por eso les decía: “No volváis a pecar”. El grado de realización que tenga el estudiante, el practicante, al reconocer el Concepto Inmaculado en los demás, por encima o a pesar de la apariencia que estén manifestando, cura completamente o mejora la condición. Todo depende de su propia fe. (Recuerda que fe es conocimiento).


El metafísico sabe que la enfermedad es una apariencia producida por una forma mental, creación del individuo. Es ignorancia y credulidad. Sabe que la Verdad eterna es VIDA. Sabe que se está manifestando una enfermedad porque aquel hermano está creyendo en realidad de la forma mental que él ha creado. (El Evangelio dice que está “embrujado” por su propia creación). Vamos a decir que es CREENCIA en la PERMANENCIA de su propia creación que está viviendo. 


De acuerdo con el Principio que estamos estudiando, sabemos ya que es posible POLARIZAR, transmutar la creación propia, deslizando la mente hacia arriba, por la línea del positivo, pensando salud y vida. La Vida es VIDA, no puede convertirse en MUERTE. Se puede pensar en muerte y producirla, pero al pensar en Vida se transmuta la muerte en vida. La vida es indestructible. Está previsto que ella misma si las mentes humanas no le cierran el paso con sus falsas creencias, falsas pero que nadie se inmiscuye en el libre albedrío, que le permite a las mentes humanas creer lo que ellas quieran creer. CONTRA LO QUE TÚ ESCOJAS NO PUEDE NADIE SINO TÚ MISMO. Si prefieres situarte en el polo negativo tendrás todo lo que a él pertenece. Si prefieres el polo positivo tendrás todo lo que a él pertenece.


Al Polo Positivo pertenece la sonrisa, al negativo pertenece el ceño fruncido. Si quieres cambiar de polo en plena manifestación negativa, sonríe, declara el Bien presente en la manifestación, bendícelo y agrega:
“Y LO QUIERO VER”.


Eso es todo. Verás transmutarse lo negro en blanco, lo triste en alegre, el mal en bien. Pruébalo. POLARIZA TODAS LAS SITUACIONES QUE SE TE PRESENTEN, TODOS LOS AMBIENTES DONDE PENETRES, TODOS LOS SERES QUE HABLAN CONTIGO y los oirás exclamar: “¡Pero qué bien me siento!” Polariza a tus hijos, tus amigos, tus empleados, tus alumnos, y asi serás lo que llamó Jesús “La Sal de la Tierra”.


LO NO DESEABLE SE TRANSFORMA CAMBIANDO SU POLARIDAD. Si tú mismo no sabes hacerlo rápidamente hazlo de grado en grado, de condición en condición, de polo en polo, de vibración en vibración. Primero hay que adquirir el arte de cambiar la propia polaridad para luego poder cambiar la ajena. Así como puedes transformar la polaridad de los demás, trayendo el Bien contigo, así también se puede llevar el negativo a donde uno vaya. Esos son los llamados “Pavosos”. Estos están siempre polarizados en polo negativo y lo llevan a todas partes.


PARA DOMINAR EL ARTE DE POLARIZAR HAY QUE PRACTICARLO, como todo lo que se desea dominar. El Principio de Polaridad es la Verdad. los resultados dependen de la práctica que haga el estudiante.




LEY DEL RITMO


“TODO FLUYE Y REFLUYE, TODO TIENE SUS PERÍODOS DE AVANCE Y RETROCESO, TODO ASCIENDE Y DESCIENDE, TODO SE MUEVE COMO UN PÉNDULO, LA MEDIDA DE SU MOVIMIENTO HACIA LA DERECHA ES LA MISMA QUE LA DE SU MOVIMIENTO HACIA LA IZQUIERDA; EL RITMO ES LA COMPENSACIÓN”.


Este Principio encierra la verdad de que todo se manifiesta en un determinado movimiento de ida y vuelta; en todo se manifiesta una oscilación media, un flujo y un reflujo, un movimiento semejante al del péndulo de uno a otro polo, según el principio de Polaridad, con el cual el Ritmo está estrechamente relacionado. El Ritmo se manifiesta entre los dos polos de todo. Esto no significa que la oscilación rítmica vaya hasta los extremos de cada polo, pues esto sucede muy rara vez; es muy difícil establecer los opuestos polares extremos en la mayoría de los casos. Pero la oscilación se efectúa hacia un polo primero y después hacia el otro polo. Siempre hay una oscilación, un avance y un retroceso, una elevación y una caída manifestándose en todas las cosas y fenómenos del universo.


Esta ley rige para todo: soles, mundos, mentes, energía, espíritu, materia, animales, vegetales, etc. Lo vemos en la historia de la vida en todas las cosas, en la elevación y caída de las Naciones, es decir, que en todos los Planos este 


Principio está en función. En el Plano Espiritual, por ejemplo, siempre hay una emanación seguida de una absorción. Nosotros emanados de Dios nacemos (descendemos a conciencia material) y luego morimos (somos absorbidos a conciencia espiritual). Este es nuestro Gran Ritmo. Es una evolución Rítmica ascendente, en nuestro nacer y morir. Es la Respiración y la Aspiración de Brahma, según dicen los Brahmines. Los Universos se crean, alcanzan el punto más bajo de materialidad y entonces comienza la oscilación de vuelta. Los Soles nacen, llegan a la cumbre de su Poder, y empieza el proceso de retrogresión y después de Eones sin cuento se convierten en grandes masas de material inerte, esperando otro impulso que los lleve a otro nuevo ciclo de vida solar. Estos son los grandes Ritmos, pero el Principio lo vemos en todo. Así en los grandes movimientos Filosóficos; creados de cualquier clase; gobiernos, políticos de turno; nacen, crecen, llegan a la madurez, decaen, mueren; sólo para renacer de nuevo. Todo se repite una y otra vez, igual al pulso que es el Ritmo más pequeño que nosostros podemos ver o sentir; el día y la noche, las estaciones, nada está en reposo. Todo tiene su propio Ritmo. También lo vemos en todas las fases de la actividad humana. Las mareas de la vida fluyen y refluyen de acuerdo con la ley, y así vemos que empezamos algo con gran entusiasmo que no sabemos cuándo ni por qué decae, y luego vuelve y así nos va manejando este Principio porque él, como toda ley, es inmutable. Siempre se cumple; pero al estudiarlo y conocerlo y saber que él siempre está en función, se aprende a usar igual que lo hacemos con la ley de mentalismo, o la de causa y efecto o la de Polaridad. Es decir, que ESTAS LEYES NO SON NI BUENAS NI MALAS. SIMPLEMENTE GARANTIZAN EL FUNCIONAMIENTO ARMÓNICO DEL UNIVERSO, Y ES NUESTRO CONOCIMIENTO Y USO DE ELLAS LO QUE LAS HACE BUENAS O MALAS PARA CADA QUIEN. En este caso, por ejemplo, sabemos que no se puede anular el principio del Ritmo, pero tampoco podemos permitir, una vez conocido, que juegue con nosotros y nos lleve de allá para acá, igual que brizna de paja, sino que aprendemos a eludir sus efectos hasta cierto grado. Grado que depende del dominio que se tenga de dicho Principio.
Aprendemos a usarlo en vez de ser usados por él. APRENDEMOS A POLARIZARNOS EN EL PUNTO DONDE DESEAMOS QUEDARNOS Y NOS ELEVAMOS POR ENCIMA DE LA OSCILACIÓN PENDULAR. Todo el que ha adquirido cierto grado de dominio sobre sí mismo ejecuta esto hasta cierto punto, consciente o inconsciente. El maestro lo efectúa conscientemente, y por el dominio de la ley alcanza un grado de equilibrio, estabilidad y firmeza mental casi imposibles de concebir por la mayoría que va y viene en un continuo movimiento ondulatorio, siempre impulsada por su propio Ritmo. 


Sabemos que hay dos planos de manifestaciones de los fenómenos mentales, o sea, dos planos de conciencia, uno superior y otro inferior. Entonces si nos elevamos al plano Superior escapamos a la oscilación pendular y sólo se manifiesta en el plano inferior. En otras palabras, la oscilación del péndulo se produce en el plano inconsciente y nuestra conciencia no queda por lo tanto afectada. A esto lo llamamos Neutralización. Su operación consiste en elevar el YO sobre las vibraciones del plano inconsciente de la actividad mental, de manera que la oscilación negativa del péndulo no se manifieste en la conciencia y no quede uno afectado por ella. Es lo mismo que levantarse por encima de una cosa y permitir que pase por debajo. EL QUE CONOCE Y PRACTICA LA LEY SE POLARIZA A SÍ MISMO EN EL POLO REQUERIDO Y POR UN PROCEDIMIENTO SEMEJANTE A REHUSAR, O NEGAR PARTICIPAR EN LA OSCILACIÓN RETRÓGRADA, PERMANECE EN SU POSICIÓN Y PERMITE AL PÉNDULO OSCILAR HACIA ATRÁS EN EL PLANO INCONSCIENTE.


EXTRAIDO DEL LIBRO METAFÍSICA 4 EN 1 VOL. 1 DE Conny Méndez




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