Ser en todo momento calma, es tener dentro de su mente un pensamiento que no puede dejar de ser parte de quien en todo momento desea vivir.
Calma, amor, esperanza, sueños, realidades.
Calma, amor, esperanza, sueños, realidades.
¿Qué es realmente lo que un ser humano necesita para poder encontrar su propia verdad?
Todo lo que necesita es entender que su mente fue creada para ser vida, que su espíritu fue creado para ser tan sólo calma y que sobre todas las cosas, su ser es libre.
Libre como es el viento, libre como es la luz, libre como es todo aquello que El Padre creó para que pudiera conocerse la gran verdad por la que cada ser fue creado.
Libres, maravillosamente libres, libres para amar, libres para crear, libres para conocer nuestro destino, libres para razonar, libres para pensar… más nunca debimos haber utilizado esa libertad en contra de algo tan sagrado que es su propio ser.
Una mente que crea, es una mente que en todo momento está dispuesta a transmitir vida. Pero un ser que se olvida de sí mismo cuando dice que puede odiar, cuando dice que no puede creer en todo lo que le rodea, cuando tiene temor, pero sobre todas las cosas cuando cree que puede destruir, es un ser que se olvidó del origen divino al que pertenece.
Cuando se ve el cielo, se puede ver ahí la magnificencia de un Creador.
Cuando se ve el cielo, se puede ver ahí la magnificencia de un Creador.
Estrellas sin fin, un sol que marca los días, una luna que marca los meses, una fuerza única para saber que no existe nada que no sea perfecto y siempre un ser pensante que debería de haber cuidado de todo lo que le rodea, un ser pensante que debería de haber aprendido a amar, que debió de haber aprendido a ser tan sólo vida en todo momento, un ser pensante que debió decirse todos los días:
Creo en mí, porque soy lo más grande que existe.
Creo en mí, porque soy hijo de un Creador.
Creo en mí para amar, para crear, para proteger, para preservar.
Creo en mí, porque debo de saber que si soy un ser que piensa y razona, quiere decir que soy hijo de alguien tan grande, que está conmigo en cada momento y en cada uno de mis pensamientos cuando son de amor.
Creo en mí, porque soy hijo de un Creador.
Creo en mí para amar, para crear, para proteger, para preservar.
Creo en mí, porque debo de saber que si soy un ser que piensa y razona, quiere decir que soy hijo de alguien tan grande, que está conmigo en cada momento y en cada uno de mis pensamientos cuando son de amor.
¿Por qué entonces un ser que se dice que piensa determinó creer que era poseedor de la vida de un planeta, por qué un ser que se dice que piensa puede decir que es poseedor de algo que no le pertenece?
Cómo le va a pertenecer la Tierra… si no la creó, cómo le va a pertenecer la vida… si él no la formó.
Cómo le van a pertenecer ni sus propios hijos, porque él no les dijo en que momento nacer ni cómo formarse dentro del vientre de su madre.
Pero sí tienen que saber que son seres que pueden cuidar, amar, disfrutar, preservar, que se les dio un paraíso para cuidarlo y amarlo, que se les dio un mundo, un mundo increíblemente hermoso que era para que todos fueran unidos felices.
Pero siempre, siempre y tristemente aparece la sombra, la sombra del mal.
El ser que había creado El Padre para que pudiera ser parte de Él.
El ser que tenía que haber sido, tenía que haber sido una mente poderosa que iba a enseñar a todo ser a no destruir; una mente que El Padre con tanto amor creó para darle el equilibrio a su creación.
El día y la noche en el universo fue lo que El Padre había formado… y sin embargo, se convirtió en la luz y la oscuridad porque la soberbia lo perdió.
Inconcebible es decir que exista la soberbia en una creación del Padre, pero la vemos ahora en un mundo en el que se dicen la inteligencia.
Inconcebible es decir que exista la soberbia en una creación del Padre, pero la vemos ahora en un mundo en el que se dicen la inteligencia.
Soberbia es decir “no creo,” soberbia es decir “yo soy perfecto, cuando ni siquiera puedo darme a mí un poco de paz y de amor;” soberbia es decir “yo tengo que ser el más grande, porque soy el más poderoso en el oro no en el conocimiento.”
Soberbia, envidia, destrucción, muerte, porque el mal ha dicho que va a convertir en una sombra absoluta todo aquello que El Padre creó.
El mal se ha determinado a sí mismo triunfar, porque llegó a un mundo en donde al hombre le gustó la sangre, beber la sangre de los muertos y además se enorgullece de ello, además se siente poderoso y además mata impunemente todo aquello que tiene vida.
Y tiene miedo, porque así sea el peor de los asesinos tiene miedo
No quiere voltear su mirada hacia atrás porque alguien lo va a seguir o simplemente trata de protegerse, entre más poder tiene más poder tiene que tener para que no le vayan a destruir su ser.
¿De qué hablan, de vida?, yo creo que no conocen la vida.
Pero ahora se va a dar a conocer la gran verdad por la que Nuestro Gran Señor Jesús llegó, ya basta de mentiras, ya basta de divisiones, ya basta de amenazas.
Nuestro Padre no castiga, Nuestro Padre amor ante todo, Nuestro Padre creación absoluta.
¿Cuándo iba a decir que podía hacerle daño a uno solo de sus hijos?
Porque cuando Él nos dio la libertad, nos la dio eternamente.
A nuestro Padre lo ven como el ser justiciero, castigador, que se enoja, que amenaza.
Nuestro Padre Amor, pero Nuestro Padre Amor creó el Triángulo Divino y ese Triángulo sigue con Él: Padre, Amor y Vida.
Padre ante todo… creación absoluta, Amor… Nuestro Gran Señor Jesús, Vida… La Gran Madre, y hasta a Ella la ven como alguien a quien pueden ofender, cuando Ella es portadora tan sólo de vida.
Nuestro Padre Amor, bueno, pero Nuestro Padre Amor tiene un ejército, un ejército tan grande, que jamás se hubiera imaginado el hombre que podría tener algo tan grande El Padre de la creación.
Millones, millones, trillones de planetas que están con Él.
Millones de seres dispuestos a cumplir la misión de un ser que llegó a esta tierra.
La misión de nuestro gran señor Jesús está por cumplirse.
La misión del amor y de la vida.
Padre, Amor y Vida.
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