16/11/2012
Primera Lectura
2 Juan 4-9
Lectio
Hermanos: Me ha dado mucha alegría enterarme de que muchos
de ustedes viven de acuerdo con la verdad, según el mandamiento que hemos
recibido del Padre.
Les ruego, pues, hermanos, que nos amemos los unos a los
otros. No se trata de un mandamiento nuevo, sino del mismo que tenemos desde el
principio. El amor consiste en vivir de acuerdo con los mandamientos de Dios. Y
el mandamiento consiste en vivir de acuerdo con el amor, como lo han escuchado
desde el principio.
Ahora han surgido en el mundo muchos que tratan de engañar,
pues niegan que Jesucristo es verdadero hombre. Estos son el verdadero impostor
y anticristo.
Pongan, pues, atención para que no pierdan el fruto de sus
trabajos y puedan recibir la recompensa completa. Quien se aparta de la verdad
y no permanece fiel a la doctrina de Cristo, no vive unido a Dios; el que
permanece fiel a la doctrina de Cristo, ése sí vive unido al Padre y al Hijo.
Meditatio
En medio de un mundo de confusión, es fácil ir aceptando
doctrinas extrañas las cuales, mezcladas con la verdad del Evangelio, pueden
llegar a debilitar la fe o a construir una fe muy a nuestra medida y comodidad.
Las primeras comunidades, como las nuestras, sufrieron de
este ataque por parte de los enemigos del Evangelio. Por ello hay que estar atentos
a lo que se nos va proponiendo como "novedad", sobre todo en el área
moral, pues falsas concepciones sobre el amor y la justicia nos pueden llevar
al desorden sexual y ético.
Recordemos que el mensaje del Evangelio es siempre el mismo
y no admite enmendaduras ni diluciones. Si bien es cierto que su aplicación
puede variar de cultura a cultura y de tiempo en tiempo, debe estar cimentado
en el amor y en la cruz tal como nos lo propuso Jesús. Por ello es importante
beber siempre de la fuente limpia del Magisterio de la Iglesia quien, a través
de sus pastores, evita que caigamos en la trampa de un Evangelio cómodo y
privado de compromiso. Recordemos que si algo se espera de un discípulo es que
sea fiel.
Así, pues, mantengámonos fieles a Jesús y a su Iglesia
aunque en ello nos vaya la misma vida.
Oratio
Señor, mantén en mí la pureza de tu mensaje, quiero que mi
vida esté siempre coloreada por tu Evangelio de amor. Quiero mantenerme
adherido a tus mandamientos y serte fiel, lo que te pido es que tu Espíritu los
vaya grabando en mi corazón, en mi mente y, por lo tanto, en todas mis
acciones.
Operatio
Hoy memorizaré una frase que haya leído del Evangelio, la
pondré en notas, la meteré a mi cartera, en la firma de mis correos, y veré la
manera de poner todo mi empeño en vivirla siempre en plenitud como un norte en
mi vida.
El Evangelio de hoy
Lucas 17, 26-37
En aquellos días, Jesús dijo a sus discípulos: "Lo que
sucedió en el tiempo de Noé también sucederá en el tiempo del Hijo del hombre:
comían y bebían, se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en
el arca; entonces vino el diluvio y los hizo perecer a todos.
Lo mismo sucedió en el tiempo de Lot: comían y bebían,
compraban y vendían, sembraban y construían, pero el día en que Lot salió de
Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Pues lo
mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste.
Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la
casa, que no baje a recogerlas; y el que esté en el campo, que no mire hacia
atrás. Acuérdense de la mujer de Lot. Quien intente conservar su vida, la perderá;
y quien la pierda, la conservará.
Yo les digo: aquella noche habrá dos en un mismo lecho: uno
será tomado y el otro abandonado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una será
tomada y la otra abandonada".
Entonces, los discípulos le dijeron: "¿Dónde sucederá
eso, Señor?" Y él les respondió: "Donde hay un cadáver, se juntan los
buitres".
Reflexión
En el final de este discurso sobre el fin del mundo, Jesús
insiste en el hecho de que será algo inesperado, algo que sucederá de un
momento a otro sin que nadie haya sido avisado. Si esto será así, entonces,
¿por qué vivir asustados con todos los vaticinios sobre este final? Nosotros
creemos que lo que Dios ha querido decir de manera universal para el hombre
está contenido en la Revelación, y en ésta nos dice que NADIE, ni siquiera el
mismo Jesús en su humanidad, ha querido revelar cuándo será.
Imaginemos por un momento qué pasaría si efectivamente se
supiera cuándo. Mucha gente, viviría una vida de libertinaje y sólo se
prepararía en la víspera, o al contrario viviría en un continuo pánico. De esta
manera el Señor nos invita a vivir siempre preparados. Quien ama a Jesús vive
siempre preparado, pues para él la vida es Cristo y la muerte una ganancia.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
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