20/10/2012
El Evangelio de hoy
Lucas 12, 8-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Yo les
aseguro que a todo aquel que me reconozca abiertamente ante los hombres, lo
reconocerá abiertamente el Hijo del hombre ante los ángeles de Dios; pero a
aquel que me niegue ante los hombres, yo lo negaré ante los ángeles de Dios.
A todo aquel que diga una palabra contra el Hijo del hombre,
se le perdonará; pero a aquel que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le
perdonará.
Cuando los lleven a las sinagogas y ante los jueces y
autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir,
porque el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que convenga
decir".
Reflexión
En este texto Jesús nos habla de uno de los temas que más
impactan a nuestro cristianismo: el testimonio. El tema no sólo es fundamental,
sino que lo trata de una manera radical: “Si alguno se avergüenza de mí...”.
Teniendo este texto en mente podemos darnos cuenta que el testimonio no es sólo
el hablar de Jesús, el ejercer nuestra misión profética sino, incluso cuando
sale el tema, declararnos ABIERTAMENTE cristianos, seguidores del Maestro y en
todo momento sentirnos orgullosos de serlo. Es triste ver que personas que en
lo privado (o en reuniones con otros hermanos) se manifiestan como buenos
cristianos, en público tienen miedo de ser identificados como cristianos pues
temen a la burla o al desprecio y prefieren pasar desapercibidos, ocultando su
realidad cristiana. Es común ver familias que en la intimidad de su hogar se
persignan y hacen una pequeña oración antes de comer para dar gracias al Señor
por los dones, pero cuando están en los restaurantes o en otros ambientes (en
donde sería muy oportuno que se manifestaran como cristianos) sienten pena y
prefieren simplemente ponerse a comer. Todo esto es avergonzarse de Jesús.
Hermano, debemos sentirnos realmente orgullosos de ser parte
de su equipo, de ser sus seguidores. Muéstrate en todo momento como un fiel
amigo de Jesús, muéstrale de esta manera cuánto le amas.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
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