31/07/2012
Primera Lectura
Jeremías 14, 17-22
Lectio
Que mis ojos lloren sin cesar de día y de noche,
porque la capital de mi pueblo está afligida por un gran
desastre, por una herida gravísima.
Si salgo al campo, encuentro gente muerta por la espada;
si entro en la ciudad, hallo gente que se muere de hambre.
Hasta los profetas y los sacerdotes
andan errantes por el país y no saben qué hacer.
¿Acaso has rechazado, Señor, a Judá? ¿O te has cansado ya de
Sión?
¿Por qué nos has herido tan gravemente,
que ya no tenemos remedio?
Esperábamos tranquilidad, y sólo hay perturbación;
esperábamos la curación, y sólo encontramos miedo.
Reconocemos, Señor, nuestras maldades
y las culpas de nuestros padres;
hemos pecado contra ti.
Por ser tú quien eres no nos rechaces;
no deshonres el trono de tu gloria.
Aacuérdate, Señor, de tu alianza con nosotros
y no la quebrantes.
¿Acaso los ídolos de los paganos pueden hacer llover?
¿Acaso los cielos, por sí solos, pueden darnos la lluvia?
Tú solo, Señor y Dios nuestro, haces todas estas cosas,
por eso en ti tenemos puesta nuestra esperanza.
Meditatio
Ha de haber sido sumamente triste para el profeta ver que
sus profecías se cumplían debido a la inconversión del pueblo y, por eso, lleno
de dolor, eleva a Dios una oración llena de compasión, para recordarle que son
su pueblo, que, si bien es cierto que han pecado, que por su amor recuerde la
Alianza que hay entre ellos; que si perece su pueblo, el pueblo que Dios mismo
había elegido y guiado, con él también perecerá el culto verdadero, pues los
ídolos de los paganos no son Dios.
Esta trágica historia nos tiene que ayudar a recordar todas
las invitaciones que Jesús nos hizo para que vivamos en gracia, para que no nos
separemos de él, pues de nada valdrá el último día decir: "Señor,
Señor" pues, nos responderá categóricamente: “No los conozco, apártense de
mí todos ustedes que han hecho el mal” y entonces será el llanto y el rechinar
de dientes, y como ocurrió al pueblo de Dios cuando fue destruido completamente
por Nabucodonosor, en donde, como nos narra hoy el profeta, sólo se ve muerte y
destrucción por todas partes. Aún hay tiempo. Recordemos, también nosotros, la
Alianza que Dios ha hecho con nosotros y hagamos que nuestra vida se ajuste,
cada día más, a la Palabra de Dios. Busquemos con todas nuestras fuerzas serle
fiel y esto evitará que nuestro final sea similar al que tuvo el pueblo de
Israel.
Oratio
Señor bueno y santo, yo sé que tú tienes pensamientos de
bien y no de mal para mí, dame tu gracia y atráeme con tu amor para vivir en la
gloriosa libertad de tu reino y huir de la esclavitud del pecado, acuérdate y
hazme recordar la alianza de amor que tienes conmigo y, ya que tú eres mi
esperanza, enséñame a vivir en ella y anhelarla día tras día.
Operatio
Hoy me alejaré prontamente de cada situacón que me quiera
hacer caer en pecado, y seré muy consciente de cómo cada cosa que ahí conduce,
sólo produce tristeza y desánimo, en vez de la alegría que Dios nos regala.
El Evangelio de hoy
Mateo 13, 36-43
En aquel tiempo, Jesús despidió a la multitud y se fue a su
casa. Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron: "Explícanos la
parábola de la cizaña sembrada en el campo".
Jesús les contestó: "El sembrador de la buena semilla
es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los
ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del demonio; el enemigo que
la siembra es el demonio; el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los
segadores son los ángeles.
Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así
sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que
arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los
malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la
desesperación. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su
Padre. El que tenga oídos, que oiga".
Reflexión
Dado que el mismo Jesús explica la parábola de manera
perfecta y dice: "El que tenga oídos que oiga", referimos hoy nuestro
comentario a insistir sobre el uso personal de la Sagrada Escritura. Si hemos
ido siguiendo la liturgia de los últimos días, notaremos que no hay una
continuidad en ella. Esto es debido a que la Liturgia sólo toma los pasajes que
nos van conduciendo a lo largo del mensaje evangélico, pero omite algunos
elementos que son importantes. Por ello, queremos insistirles en la necesidad
de seguir nuestra lectura diaria de la Escritura y no de los misales (o de este
mismo servicio), los cuales están organizados de manera litúrgica y que por lo
tanto, en ocasiones saltan algunos pasajes como es el caso de cuando se
atraviesan fiestas especiales u omiten algunos versículos para centrar la
reflexión sólo en algunos pasajes de Jesús. Si verdaderamente queremos entender
mejor y tener, no sólo el texto sino también el contexto, es necesario hacer
nuestra lectura directamente desde nuestra propia Biblia. Esto, además, nos
permite tomar algunas notas, subrayar algunas ideas importantes y sobre todo,
ir directamente al texto, al cual más adelante nos podremos referir.
Cada cristiano debe tener su propia Biblia, ¿tú ya tienes la
tuya?
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
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