13/07/2012
Primera Lectura
Oseas 14, 2-10
Lectio
Esto dice el Señor Dios:
"Israel, conviértete al Señor, Dios tuyo,
pues tu maldad te ha hecho sucumbir.
Arrepiéntanse y acérquense al Señor para decirle:
'Perdona todas nuestras maldades,
acepta nuestro arrepentimiento sincero,
que solemnemente te prometemos.
Ya no nos salvará Asiria,
ya no confiaremos en nuestro ejército,
ni volveremos a llamar "dios nuestro"
a las obras de nuestras manos,
pues sólo en ti encuentra piedad el huérfano'.
Yo perdonaré sus infidelidades, dice el Señor;
los amaré, aunque no lo merezcan,
porque mi cólera se ha apartado de ellos.
Seré para Israel como rocío;
mi pueblo florecerá como el lirio,
hundirá profundamente sus raíces, como el álamo,
y sus renuevos se propagarán;
su esplendor será como el del olivo
Volverán a vivir bajo mi sombra,
cultivarán los trigales y las viñas,
que serán tan famosas como las del Líbano.
Ya nada tendrá que ver Efraín con los ídolos.
Yo te he castigado, pero yo también te voy a restaurar,
pues soy como un ciprés verde,
y gracias a mí, tú das frutos.
Quien sea sabio, que comprenda estas cosas
y quien sea prudente, que las conozca.
Los mandamientos del Señor son rectos
y los justos los cumplen;
los pecadores, en cambio, tropiezan en ellos y
fracasan".
Meditatio
Una de las cosas que más impresiona en este pasaje es la
ternura de Dios para con el pecador. Quizás, algo que todavía debamos cambiar
en nuestro corazón es nuestro concepto de Dios y de su amor infinito. Muchos de
nosotros nos pareceríamos al hijo pródigo de la parábola contada por Jesús el
cual, mientras caminaba de regreso al Padre todavía iba preparando su
"excusa" o su defensa. El final de la parábola nos muestra que no
necesitamos defensa ni excusa con Dios, pues Dios es un Padre tierno y amoroso
que nos ama INCONDICIONALMENTE. Nos ama por lo que somos: SUS HIJOS, y no por
lo que hayamos o no hecho.
Aprovechemos cualquier momento para recibir el amor y el
perdón incondicional de Dios, a través del Sacramento de la Reconciliación y
déjate abrazar por él.
Oratio
Señor, me asombra tu amor y tu misericordia; gracias por
perdonar todas mi maldades, por aceptar mi arrepentimiento sincero y porque
cada vez, a pesar de que caigo y no cumplo mi palabra, tú has aceptado
nuevamente mi promesa de volverme a ti; cura, Dios mío, mis infidelidades.
Gracias por amarme de esta manera; sé para mí como el rocío matinal, hazme
florecer con la belleza y la dulzura de una nueva vida en ti, una vida en donde
permanezca bajo tu sombra, en donde pueda olvidarme de los ídolos por lo que
tantas veces te he abandonado; restáurame, Señor, pues sólo es por ti que yo
puedo dar frutos. Dame la sabiduría necesaria para entender la justicia de tus
mandamientos y la vida que de ellos procede, que no tropiece yo, Señor, y me
extravíe de tu mano.
Operatio
En este día repasaré los mandamientos del Señor y
confrontaré mi vida con ellos. Haré énfasis en los mandamientos que más he
incumplido o pasado por alto y me haré consciente de cómo han afectado mi
persona y la de los que me rodean.
El Evangelio de hoy
Mateo 10, 16-23
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "Yo los
envío como ovejas entre lobos. Sean, pues, precavidos como las serpientes y
sencillos como las palomas.
Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales,
los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi
causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando
los enjuicien, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de
decirlo, porque en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no
serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por
ustedes.
El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a
su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los
odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin, se salvará.
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Yo les
aseguro que no alcanzarán a recorrer todas las ciudades de Israel, antes de que
venga el Hijo del hombre".
Reflexión
Ante la lectura de este pasaje podríamos preguntarnos: ¿Por
qué habrían de perseguir a los seguidores de Jesús? ¿Por qué me han de
perseguir a mí? La respuesta la da Jesús (en el evangelio de Juan): "Si a
mí me persiguieron, a ustedes también los perseguirán". Esta persecución es
debida a que la vida cristiana muchas veces se opone radicalmente a los
intereses egoístas del mundo. Por eso, cuando una persona verdaderamente se
convierte en un "discípulo" de Jesús, dado que sus criterios y
valores se regulan por el Evangelio y su vida es dirigida por el Espíritu
Santo, los amigos, a los que les gusta mantener conversaciones obscenas o
irreligiosas, frecuentar lugares inconvenientes o realizar acciones contrarias
a la moral y principios cristianos, comenzarán a rechazarlos, a no invitarlos y
a excluirlos del grupo de "amigos".
Lo mismo si el cristiano hace manifiesto su
"discipulado" en la oficina, viviendo las normas de la justicia,
muchas veces no encontrará apoyo en sus compañeros, e incluso, si llega a
oponerse radicalmente a la injusticia, puede hasta perder el puesto.
Efectivamente la vida cristiana no siempre es fácil, pero es la única vida que
proporciona al hombre la verdadera paz y la alegría interior que no tienen fin.
Hoy más que nunca Jesús necesita de hombres y mujeres fieles
al Evangelio que sean capaces de testificar ante los demás su amor por él. No
tengas miedo, él nos ha ofrecido que estará con nosotros y que en ese momento
seremos asistidos por la fuerza y el poder del Espíritu Santo.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
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