2/07/2012
Primera Lectura
Amos 2, 6-10. 13-16
Lectio
Esto dice el Señor:
"Por sus innumerables pecados
no perdonaré a Israel.
Porque venden al inocente por dinero,
y al pobre, por un par de sandalias.
Aplastan a los pobres contra el suelo
y sacan del camino a los humildes.
Padre e hijo acuden a la misma mujer,
profanando mi santo nombre.
Sobre ropas tomadas como prenda
se sientan a comer en sus santuarios
y se beben las multas de los pobres
en el templo de su Dios.
Cuando ustedes llegaron a esta tierra,
yo destruí a los amorreos;
eran altos como los cedros
y fuertes como las encinas;
destruí sus frutos por arriba,
y por abajo, sus raíces.
En cambio, a ustedes yo los saqué de Egipto
y los conduje por el desierto durante cuarenta años,
para darles en posesión la tierra de los amorreos.
Pues bien, ahora yo los aplastaré contra el suelo,
como la carreta tritura las espigas.
El más veloz no logrará escapar,
al más fuerte de nada le servirá su fuerza,
y ni el más valiente salvará su vida.
El arquero no resistirá,
no se librará el más ágil,
el jinete no se salvará,
el soldado más fuerte y valiente
huirá desnudo aquel día".
Meditatio
El Dios del universo, que ha dictado leyes universales (que
nosotros podemos constatar no sólo en la Ley mosaica, sino en nuestro propio
corazón), está pronto a realizar el juicio y a tomarle cuentas a cada uno de
los pueblos y a cada uno de sus habitantes. Y el juicio abarcará incluso, y con
mayor rigor, al pueblo que él se eligió, que formó, cuidó y alimentó, pues no
obstante esto, ni habiendo tenido en cuenta lo que con anterioridad había hecho
con los pueblos paganos que no respetaban esta ley universal (sobre todo en lo
que se refiere a la JUSTICIA SOCIAL), su pueblo ha procedido exactamente o peor
que ellos. Así que el juicio será terrible. ¿Que pasa con nosotros que no
aprendemos de la historia, de lo que el Pueblo de Dios hizo y que causó su
desgracia? Es terrible el constatar que hoy en muchos sectores del Pueblo de
Dios nos encontramos con pecados realmente graves. Pecados sociales cometidos
por personas que se dicen Católicas, que vienen a misa los domingos, que
comulgan y que en sus vidas privadas no respetan y ayudan al pobre, son
injustos en lo que pagan aprovechando toda ocasión para obtener ventaja para
sus caudales. Peor aun, como lo dice el profeta, "cristianos" que se
acuestan con la misma mujer. Cuidado, el profeta hoy nos advierte que el Señor
no perdonará a estas personas, no obstante que realicen "prácticas"
religiosas y que su juicio contra ellos será aun más severo que para aquellos
que no lo conocen. Dios ha puesto una ley de amor en nosotros, busquemos
vivirla intensamente y ayudar a los demás a vivirla.
Oratio
Señor, no quiero vivir una espiritualidad mediocre ni
practicar ritos que sólo quedan como algo exterior; quiero tener una verdadera
vida en donde tú te puedas manifestar glorioso y hacer tu obra en mí. Te pido
perdón por todo aquello que hago que no es conforme a lo que tú mismo grabaste
en mi corazón como una ley perfecta que me conduce a la felicidad, haz, Señor,
que ante la vanalidad el corazón no se me quede desentedidamente frío, sino que
trabaje por rendirlo por completo a ti.
Operatio
Hoy haré una lista de los roles que desempeño en mi vida,
por ejemplo: esposo, madre, trabajador, ama de casa, vecino, etc., y revisaré
qué cosas no son conforme al plan de Dios y haré acuerdos conmigo y con Dios
para cambiarlas.
El Evangelio de hoy
Mateo 8, 18-22
En aquel tiempo, al ver Jesús que la multitud lo rodeaba,
les ordenó a sus discípulos que cruzaran el lago hacia la orilla de enfrente.
En ese momento se le acercó un escriba y le dijo:
"Maestro, te seguiré a donde quiera que vayas". Jesús le respondió:
"Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo
del hombre no tiene en donde reclinar la cabeza".
Otro discípulo le dijo: "Señor, permíteme ir primero a
enterrar a mi padre". Pero Jesús le respondió: "Tú, sígueme y deja
que los muertos entierren a sus muertos".
Reflexión
En este pasaje Jesús les muestra a sus discípulos dos de las
condiciones para seguirlo,la primera es: estar dispuesto a todo y aceptarlo
todo por amor, y la segunda es no ponerle condiciones pues el Reino tiene
prioridad. Es importante el recordar estos dos elementos de la vida cristiana
pues nos encontramos en un mundo que ha hecho de nuestra vida una vida cómoda y
placentera, lo cual es un regalo de Dios que no debemos despreciar, sin
embargo, nos puede llevar, si no estamos atentos, a rehusar el sacrificio que
muchas veces implica el seguimiento de Jesús y la observancia del Evangelio.
Nuestros pies y nuestras manos deben estar siempre
dispuestos para la construcción del Reino, de manera que aun despreciando
nuestra comodidad, podamos ser testigos del amor de Dios. La pereza (espiritual
y física) sólo produce hastío y limitan nuestro crecimiento en el amor y el
servicio. No condiciones a Jesús, mantén siempre como prioridad la construcción
del Reino y la vida evangélica y tu vida será efectivamente la de un auténtico
discípulo.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
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