CAPÍTULO IV
El “problema del dinero” es uno de los que más preocupa a la humanidad. En todas las crónicas respecto al Conde se manifiesta una gran curiosidad por saber de dónde provenían las sumas que aparentemente derrochaba en sus joyas esplendorosas, para costear su vida en la Corte y para ataviarse tan noblemente. Sin los conocimientos espirituales que enseña la ACTIVIDAD YO SOY, no queda otra respuesta que la alquimia. El mundo le “plantó la chapa” de Alquimista y no buscó más.
La Ley de Correspondencia dice que COMO ES ARRIBA ES ABAJO y viceversa. La alquimia sí existe en todos los planos, sólo que como vamos descubriéndolo en todo, las cosas se hacen más sencillas, más livianas, más rápidas a medida que se asciende en el Plano Espiritual, y por el contrario, se hacen más pesadas, más retardadas, cada vez más laboriosas, a medida que se desciende en el plano material.
La transformación de los metales en oro, es idéntica a la transmutación de la energía en el Plano Mental-Espiritual. Se trata simplemente de reconvertir las formas e imágenes mentales negativas, destructivas, en el “oro puro” de las virtudes que nos pertenecen en el Plano de YO SOY.
Cicerón dijo que la Filosofía es el conocimiento de las cosas divinas y humanas, y de sus causas y principios. Aplíquese esta dualidad a la idea de la “piedra filosofal” que transmuta los metales en oro, y se verá muy claro que no se trata sino de un estado de cosas totalmente abstracto y nada físico. La “piedra”, sabemos en Metafísica, que es la Fe; “filosofía” es la sabiduría pura, exacta (el filo de la navaja).
La alquimia es pues, primero espiritual y, muy al final, material. Pero no se puede aprender de abajo para arriba. El que sabe transmutar la energía por medio de la Llama Violeta, primero, y luego por medio de las demás Llamas, ha encontrado la Piedra Filosofal. Irá transmutando la acumulación de energía que le impide manifestar el “oro de la abundancia” en su vida.
Generalmente los alquimistas eran seres muy sabios, muy versados en las ciencias más ocultas. Los signos cabalísticos que empleaban eran fórmulas y ecuaciones muy profundas. Sus jerigonzas eran tapadijos para que los neófitos no se pusieran a experimentar con sustancias peligrosas, ya que los curiosos leen y le dan una interpretación totalmente errada a lo que leen, sobre todo lo espiritual, porque sólo hacen caso a la letra muerta.
Es verdad que ante los propios ojos de Jaques Casanova de Seingalt, el conde tomó una moneda de doce centavos, la expuso a cierta llama hasta que se volvió roja, y cuando se hubo enfriado, se la entregó a Casanova. Tan grande fue el asombro de éste, al constatar que era oro puro, que expresó la duda de que Saint Germain hubiera tal vez cambiado la moneda por otra. El Conde simplemente le contestó: “El que duda de mis conocimientos, no merece hablar conmigo”, y le mostró la puerta. Para un ser de la talla del Conde Saint Germain, existen todas las posibilidades. Un Iniciado, un Adepto, un Maestro de esa magnitud no encuentra dificultad alguna para transformar un centavo en pieza de oro, cuando sólo tiene que alargar la mano y extraer del aire el oro que le sea menester.
Esta verdad no la puede ni creer, ni comprender sino aquel que se ha apercatado del Principio de Mentalismo hasta el punto de hacer conciencia de él. Por haber sido totalmente ignorado hasta el siglo pasado, es que el mundo se llenó de alquimistas que buscaban oro por el camino fácil, ignorando la verdad.
Ya estamos en el peldaño en que muchos van a realizar el hecho de que si se visualizan en plena Llama Dorada, bajando de la Presencia, y sintiendo gratitud por ello, no tardarán en precipitar toda la sustancia que les sea necesaria. Este es un paso en la Alquimia Espiritual y no puede fallar.
Hay que aclarar un punto vital, sin el cual no actúa la Alquimia Espiritual. La Presencia YO SOY no puede hacer descender Su Sustancia Dorada al ego inferior, a menos que el canal se encuentre limpio. Limpio significa no entorpecido por la amargura. Esta amargura la forman las críticas, la chismografía, la mala voluntad, el rencor, el recuerdo constante de los males pasados, las emociones violentas.
LA FORMA MÁS PRÁCTICA DE LOGRAR UN ÁNIMO ECUÁNIME EN TODO MOMENTO, ES ESFORZARSE PARA NO DEJARSE AFECTAR POR NINGUNA CIRCUNSTANCIA LASTIMOSA O QUE IMPACIENTE. Cuida tu alegría y tu buen humor, ya que toda pérdida de paciencia, toda consideración con el error te será cobrada con creces. No solamente porque afecta tu receptividad del Bien que desea darte tu Presencia YO SOY, sino porque cuando llegues a esas alturas, de Alquimia Espiritual, tus cambios de ánimo, tus fluctuaciones emocionales, afectan destructivamente a todo tu ambiente y a tus familiares y relacionados, y si eres jefe de grupo, a todo tu grupo. PARA EVITAR ESTE PELIGRO, ES MEJOR NO ASISTIR DONDE ESTÉN OCURRIENDO COSAS TRISTES, NEGATIVAS Y DRAMÁTICAS. Ya la persona que se halla en esta Octava, ni es menester que visite enfermos o que haga “pases” colocando las manos, o que contacte directamente ninguna especie de problema. Su Tratamiento Universal del YO SOY llega a todas las latitudes. Su tratamiento tiene que ser a distancia, porque muchas veces el practicante encontrará que sus vibraciones son demasiado fuertes para el enfermo.
Extraido del Libro de Metafísica 4 en 1 Vol. 1 de Conny Méndez
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