DICE SAN PABLO: “ORAR SIN CESAR”
¿QUÉ ES ESO?
SI NO TIENES TIEMPO PARA LA ORACIÓN, EL TRATAMIENTO Y LA MEDITACIÓN, O SEA, QUE SI NO TIENES TIEMPO PARA DEDICARTE A DIOS, ES PORQUE TODO TU TIEMPO ESTARÁ OCUPADO CON PROBLEMAS Y ENFERMEDADES. Esta es una manera sutil de decirte que todo el tiempo que le dediques a lo espiritual lo pasarás libre de todo lo que hoy te preocupa.
San Pablo dice en su primera epístola a los Tesalonicences: “Orad sin cesar”.
Nosotros sabemos que él no quiso decir con esto que pasáramos la vida de rodillas y pasando el rosario. Nosotros sabemos que todo pensamiento, toda emoción, toda palabra que pronunciamos equivalen a las plegarias más sinceras; y que es el temor mental que mantenemos, lo que determina el carácter, malo o bueno, de lo que nos sucede. Todo el día y todos los días estamos orando. ¿Cómo? En mal o en bien.
Orad sin cesar significa que mantengamos nuestra mente y nuestra alma vibrando en plano alto. Ya ustedes todos saben que el positivo es de alta vibración. Que la Verdad espiritual es de altísima. Que pensar el Bien es de la misma altísima vibración. Que la sonrisa, el canto, la alabanza y dar gracias con e sentido común, la calma en lugar de la nerviosidad, la caridad en lugar de la crítica, todas son expresiones de amor puro, y este es le estado de alta vibración que equivale a la más potente oración que se pueda hacer.
Mantenerse en paz, contento y ecuánime, es orar sin cesar.
Ahora les diré el versículo completo de San Pablo. Dice así: “Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. En todo dad gracias a Dios; porque esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros”. ¿No es asombroso cómo pudo ese gran metafísico que fue Pablo de Tarso resumir en tan pocas frases, íntegra la
técnica de la oración científica? Es la ciencia de la vida en una cápsula: Estad siempre gozosos, orad sin cesar, en todo dad gracias a Dios, porque esa es la voluntad de Dios para vosotros. No se puede agregar una sola palabra más, después que se conocen los “por qué” de estas recomendaciones. Yo he resumido aún más la enseñanza, sin que esto signifique que me quiero hacer aparecer más grande que Pablo de Tarso! No, pero una vez que ustedes han absorbido la Verdad detrás de la apariencia, yo les digo que basta con recordar las dos frases: “Estén siempre gozosos y en todo den gracias a Dios”, así es que ya todos ustedes saben lo que quiere decir: “Orad sin cesar”.
Voy a darles unos ejemplos sencillos y prácticos que si los adoptan tendrán la seguridad de estar orando sin cesar:
El primero es el saludo
1- El verbo saludar quiere decir “salud dar”, o dar salud. ¿Quieren ustedes algo más generoso, más desinteresado y más noble que el darle salud al amigo y al familiar, al verlo? Pero el saludo ha perdido todo su significado con la constumbre y la rutina. Se hace sólo como gesto de cortesía, por cumplir con la buena educación, o, si se saluda a algún conocido por la calle, es un signo de mero reconocimiento. El metafísico procede distinto. Hace una de dos cosas. O bien le pone intención al saludo, y junto con la sonrisa y el gesto piensa: “TE DOY SALUD”, o dice mentalmente: “SALUDO A TU CRISTO INTERIOR”, y no se limita únicamente a los amigos y los familiares. Se lo brinda a toda persona a quien se dirija, al chofer de taxi que lo conduce, a la vendedora en la tienda, a la foto que mira de paso en el periódico, al repartidor, al cobrador, al cajero del Banco, y muy en especial a los lisiados y a los pordioseros que encuentra a su paso por la calle. Estas insignificancias son dardos cargados de vibraciones de luz potente que le hacen más bien a quien los recibe, que la moneda casual, si es un pobre, o al pasar indiferente si es un conocido. Además, se devuelve en salud y amor. Lo comprobarán ustedes al ver la atracción que ejercen y en la buena acogida que les muestran en todas partes. Ya nunca más tendrán quejas de cómo han sido tratados por todos aquellos a quienes contacten, y les sorprenderán los elogios con que serán descritos; y es porque la buena voluntad tiene un imán irresistible.
NO BENDIGAN A TODO EL QUE VEAN. Jamás bendigan a los pasantes ni al vulgo. La bendición acumula aquello que es bendecido, y no es prueba de amor ni de sabiduría bendecir los efectos, pues se estará aumentando y engrandeciendo también el cúmulo de errores, y de acuerdo con la ley del bumerang, estos correrán hacia aquel que les dan tan bella acogida, produciéndose una gran confusión mental. Hay que bendecir la verdad, el Hijo de Dios, o el Cristo interior (si es que te gusta más este término) cualquiera que sea la imagen del Ser perfecto que tú concibas, invócalo cuando se te ofrezca la ocasión; es el mismo tuyo que estás mirando en un espejo. Dios y el Hijo son uno mismo.
Si te es más fácil pensar que cada átomo de lo que estás viendo es sustancia divina, piénsalo así. Acepta tu propia inspiración. Es la tuya, la que te conviene; la que te ofrece tu Dios.
Dar salud, al saludar, es más que desear buen comportamiento para el cuerpo.
Esto no sería sino dirigirse a los efectos. Se refiere a la salud espiritual, o sea, que es bendecir (o decir el Bien) a la mente y al alma; es desearle luz y Verdad al prójimo. Es ayudar a limpiar los errores del mundo. El mundo se encuentra mejor porque tú estás en él. “Buenos días, buenas tardes, buenas noches, gracias”, dicho con la intención que encierra (y que ha perdido de vista en el mundo), es ir repartiendo el Bien y la Gracia. Estas fluyen hasta donde termina el ciclo respectivo y refluyen multiplicadas hacia donde salieron, sea hacia ti.
Segunda forma de orar sin cesar:
Todos los días tienes cosas que hacer, deberes que cumplir, algunos te molestan, te fastidian, te son duros; otros son meras rutinas, otros te gustan, te son placenteros o interesantes, como sentarte a leer el periódico o asistir a una fiesta, etc. Dedícalos. Tanto los agradables como los desagradables. Antes de comenzar di: “DEDICO ESTO AL BIEN”, y si se te olvida hacerlo porque no has hecho aún la costumbre, y lo llegas a recordar cuando ya has comenzado y vas por la mitad, dedícalo de todas maneras. Te sorprenderá ver cómo los quehaceres pesados se te vuelven tan livianos que no los sientes: los gastos te serán verdaderos encantos; y lo más grande es que todas aquellas personas que están haciendo lo mismo que tú, en lugares distintos a ti, y que tú ni siquiera conoces, se benefician con las ondas de bondad que les estás enviando. Les haces la carga liviana, les comunicas tu buen humor, y este bien te bendice a ti.
Tercera forma de orar sin cesar:
De noche cuando te acuestes a dormir, que sea tu último pensamiento: “PERDONO A TODO EL QUE NECESITE MI PERDÓN, Y A MÍ MISMO. Y AUNQUE SÉ QUE EN EL PLANO ESPIRITUAL NO EXISTE NADA QUE PERDONAR, PERDONO PORQUE ASÍ TRANSFORMO LA IDEA DEL QUE CREE HACERME MAL: “INVITO A MIS GUÍAS INVISIBLES A UTILIZAR MI SUEÑO PARA YO HACER EL BIEN DONDE SEA OPORTUNO. GRACIAS PADRE”.
Sería muy extraño que no te durmieras al instante, pues los guías agradecen tu buena voluntad de ayudar, te cubren con vibraciones de paz y dulzura hasta que estés profundamente dormido. El cuerpo astral se sale al estar dormido del cuerpo material, y a veces viaja a largas distancias. El subconsciente lo cuida extremosamente y al iniciarse el menor peligro, el menor ruido, lo atrae hacia su materia a gran velocidad.
Esos sueños que se tienen a veces, de que se está cayendo verticalmente, ocurren siempre en el último instante antes de despertar, y son cuando el cuerpo astral está regresando a su materia. No se tarda ni segundos. No hay que alarmarse. Tampoco te ha costado nada la ayuda que has ofrecido y que los guías han aprovechado. SI SE RECUERDA HABER SOÑADO, Y EL SUEÑO ES COORDINADO Y MUY CLARO, HAY QUE ESCRIBIRLO AL DESPERTAR. Más tarde se olvidarán los detalles y es importante no perderlos porque la mayoría de las veces contienen mensajes del Maestro.
¿Has visto cómo se puede orar sin cesar y sin que interrumpa nada nuestra vida diaria? ¿Has visto cómo aprovechar todo lo que hasta ahora habías estado desperdiciando? Sólo así podrás darte el lujo de no asistir a las clases o conferencias que se te ofrecen con tanto amor; ya que el espíritu de la Verdad se encargará de instruirte; y aunque no acostumbro ni sugerir algo que contenga la más remota amenaza, es mi deber advertir que la frase aquella:
“SON MUCHOS LOS LLAMADOS Y POCOS LOS ELEGIDOS” se refiere a aquellos que, teniendo la gran fortuna de encontrarse con la oportunidad de aprender la Verdad; de recortar el largo recorrido de su evolución; y que por descuido, o por preferir cosas de menor valor que el adelanto espiritual, desprecian este esfuerzo y no vuelven, son los llamados que no han sido elegidos”. No es por favoritismo que no han sido elegidos, ya que en el espíritu todos son herederos del Reino. Es porque, como dice la parábola del sembrador: “La semilla que cae sobre la roca son los que cuando oyen, reciben la palabra con gozo, pero éstos no tienen raíces, los cuales por algún tiempo creen, y en tiempo de tentación se apartan”.
Cuando se deja perder la semilla, se pasan muchas vidas antes de que se vuelva a presentar la oportunidad; y cerramos con la frase de mi Maestro: “Si no encuentras tiempo que dedicarle a Dios, es porque todo tu tiempo estará dedicado a problemas y enfermedades”.
EXTRACTO SACADO DEL LIBRO METAFISÍCA 4 EN 1 VOL. 1 DE Conny Méndez
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