23/10/2012
Primera Lectura
Efesios 2, 12-22
Lectio
Hermanos: Recuerden que antes vivían ustedes sin Cristo, que
estaban excluidos de la ciudadanía de Israel y eran extraños a las alianzas y
promesas, y no tenían esperanza ni Dios en este mundo. Pero ahora, unidos a
Cristo Jesús, ustedes, que antes estaban lejos, están cerca, en virtud de la
sangre de Cristo.
Porque él es nuestra paz; él hizo de los judíos y de los no
judíos un solo pueblo; él destruyó, en su propio cuerpo, la barrera que los
separaba: el odio; él abolió la ley, que consistía en mandatos y reglamentos,
para crear en sí mismo, de los dos pueblos, un solo hombre nuevo, estableciendo
la paz, y para reconciliar a ambos, hechos un solo cuerpo, con Dios, por medio
de la cruz, dando muerte en sí mismo al odio.
Vino para anunciar la buena nueva de la paz, tanto a
ustedes, los que estaban lejos, como a los que estaban cerca. Así, unos y otros
podemos acercarnos al Padre, por la acción de un mismo Espíritu.
En consecuencia, ya no son ustedes extranjeros ni
advenedizos; son conciudadanos de los santos y pertenecen a la familia de Dios,
porque han sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles y de los
profetas, siendo Cristo Jesús la piedra angular.
Sobre Cristo, todo el edificio se va levantando bien
estructurado, para formar el templo santo del Señor, y unidos a él también
ustedes se van incorporando al edificio, por medio del Espíritu Santo, para ser
morada de Dios.
Meditatio
El pueblo judaico consideraba como "paganos" a
todos los que no pertenecían a ellos, los cuales, estaban excluidos de la
salvación de Dios. Esta idea se extendió al cristianismo, por ello esta carta
de san Pablo puede ser considerada como "la carta magna del
Ecumenismo".
Es una invitación, primeramente, a salir de nuestro
"grupismo". Es triste que esto se dé entre cristianos pero es la
realidad. No faltan en nuestra Iglesia quienes consideran que sólo los miembros
de un grupo apostólico o de una espiritualidad particular, son los que están
viviendo auténticamente el cristianismo, incluso que los demás están en peligro
de perder la salvación eterna, por lo que los critican agriamente o se dedican
a hacer "proselitismo" entre los demás grupos. Esto no es otra cosa
que hacer infructuosa la acción del Espíritu Santo, que actúa en todos de un
modo particular y misterioso empujando a la Iglesia hasta la santidad plena.
Cada espiritualidad responde a una necesidad de la Iglesia y complementa de
esta manera los recursos espirituales con los cuales Dios la enriquece, de
manera que todos puedan encontrar un ambiente y un espacio que les ayude a
alcanzar la santidad.
Lo mismo podríamos decir de nuestros hermanos separados. Por
ello el concilio Vaticano II expresa: "En la única Iglesia de Dios, ya
desde los primeros tiempos, se efectuaron algunas escisiones que el Apóstol
condena con severidad, pero en tiempos sucesivos surgieron discrepancias
mayores, separándose de la plena comunión de la Iglesia no pocas comunidades, a
veces no sin responsabilidad de ambas partes. Pero los que ahora nacen y se
nutren de la fe de Jesucristo dentro de esas comunidades no pueden ser tenidos
como responsables del pecado de la separación, y la Iglesia católica los abraza
con fraterno respeto y amor; puesto que quienes creen en Cristo y recibieron el
bautismo debidamente, quedan constituidos en alguna comunión, aunque no sea
perfecta, con la Iglesia católica." (UR 3).
Abramos nuestro corazón a la comunión, somos una sola
familia.
Oratio
Señor, dame un espíritu de unidad y ayúdame a entender la
majestad de tu obra que busca que todos los hombres lleguemos al conocimiento
pleno de la verdad. Que no busque yo, Dios mío, algún interés particular, sino
sólo que tu Nombre sea glorificado.
Operatio
Hoy buscaré convivir con alguna persona de las que me cuesta
más trabajo entender y con la que conviva menos, y buscaré ser paciente y
respetuoso.
El Evangelio de hoy
Lucas 12, 35-38
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Estén
listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los
criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en
cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar,
encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a
la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los
encuentra en vela, dichosos ellos".
Reflexión
En diferentes ocasiones hemos escuchado rumores sobre el
"fin del mundo". Esto con frecuencia produce inquietud y desasosiego
en muchos cristianos, lo cual nos lleva a perder la paz y la libertad que Dios
nos regala. Todos estos rumores sólo buscan confundirnos.
Hoy hemos escuchado que el regreso de Cristo, y con ello el
fin del mundo, es algo que llegará de sorpresa. Por ello es necesario vivir
preparados. Quien vive en gracia y de acuerdo al Evangelio no está preocupado
de cuándo o a qué hora llegará; sabe que cuando llegue será el día más feliz de
su vida pues lo verá tal como es y así su amor y su felicidad serán colmados.
No nos dejemos engañar, y vivamos siempre listos, en la alegría y la paz de
Dios.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu
corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
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