Para mi es imposible saber qué es lo que está pasando en tu
vida justo ahora, pero es caso seguro que tengas algún problema de cualquier
tipo.
Personalmente, en más de una ocasión he pasado por
situaciones difíciles en las que urge tomar una decisión. Personalmente las
agradezco, porque pienso que resolviendo los problemas que surgen es como vamos
madurando y mejorando como personas.
Ahora bien, o mejor para enfrentar a un problema es seguir
un método que funcione. Por eso, quiero compartirte aquí los pasos que
recomiendo para solucionar problemas.
Dichos pasos a mi me han funcionado, y me baso en ellos
cuando hay algo que debo de superar.
Si de repente te surge un problema, es mejor que sepas qué
pasos seguir en lugar de actuar de forma desconcertada, ¿no crees?
Escribir resuelve tus problemas
Quizás te parezca imposible, pero si pones las cosas por
escrito, todo cambia. Tus pensamientos se aclaran y eso permite que surjan
perspectivas nuevas y frescas desde las cuales se te hace más fácil hallar
soluciones.
Escribir te permite sacar las emociones negativas que solo
te sirven de lastre y hacen más lento tu razonamiento. Puedes escribir los pros
y los contras de la situación, y así se te ocurre ideas que pudieras llevar a
cabo para hallar la solución.
Escribir sobre la situación te permite distanciarte del
problema, es como si te separaras y te elevaras y desde arriba pudieras ver y
comprender cómo son las cosas realmente.
Entonces, los pasos que te voy a decir son el método que uso
para resolver problemas. Es fácil hacerlos y te tomarán de 20 a 40 minutos.
Necesitarás un par de hojas de papel y una pluma. Durante ese tiempo, apaga el
celular y la computadora, etc.
3 pasos para resolver problemas
PRIMER PASO. Empieza a escribir los primeros pensamientos
que lleguen a tu mente al respecto. Escribe cómo te sientes y hazlo
rápidamente, sin juzgar las palabras que estas poniendo en el papel.
Si empiezas a juzgar lo que estás escribiendo, entonces te
bloquearás y no saldrá lo verdaderamente importante. En este paso no se trata
de escribir cosas lógicas, sino de sacar
las malas emociones que pudieran estar actuando como obstáculos e impedirte
llegar a la mejor solución.
Te puede tomar una sola página o varias, pero llegará el
momento que te sientas aliviado. Una vez que sientas que ya no quieres seguir
escribiendo, te sentirás mejor, y es hora de pasar al paso dos.
SEGUNDO PASO. En este paso es donde aplicamos la lógica. Una
vez que has limpiado tus emociones en el paso anterior, es el momento de pensar
claramente.
En otra hoja en blanco, escribe de la forma más exacta que
puedas, cuál es tu problema. Si te despidieron de tu empleo, escríbelo. Si un
cliente se molestó en tu negocio, escríbelo. Es importante que quede bien
definido cual es exactamente el problema, porque muchas veces se confunden el
origen del problema con sus efectos o consecuencias.
Después de escribir el problema, ahora empieza a escribir
todas las posibles soluciones que se te ocurran.
No importa que tan locas o caras o aparentemente imposibles
de llevar a cabo te parezcan dichas soluciones en un principio. Escríbelas una
tras otra.
TERCER PASO. Ahora toma las hojas en las que has estado
escribiendo todo y guárdalas donde no las veas por un periodo de 24 horas. Un
día completo.
Aunque has expulsado tus emociones negativas con respecto al
problema y has anotado posibles soluciones una tras otra, te puedo asegurar que
hay cosas que no has considerado, detalles que se te escaparon.
Cuando dejas que todo descanse y te dedicas a tus asuntos
habituales, de repente vendrá a ti, cuando menos o esperes, una especie de
chispazo con la solución óptima.
Llámalo mente subconsciente, si así lo deseas. Pero lo tengo comprobado, una y otra vez: las
mejores soluciones a un problema se me ocurren cuando estoy haciendo algo que
no está directamente relacionado.
Y no soy el único.
Esto ha sucedido muchas veces a muchas personas, incluyendo
a grandes científicos. El ejemplo clásico es el de Newton, que al ver caer una
manzana recibió el chispazo que le permitió resolver una serie de problemas
matemáticos en los que estaba trabajando, y como resultado desarrolló lo que
conocemos comúnmente como la Ley de la Gravitación Universal de Newton.
Así que la siguiente vez que te enfrentes a un problema, en
lugar de actuar de forma confusa y sin estrategia, es mejor que sigas el plan
que aquí te he escrito. Tus probabilidades de éxito aumentaran enormemente. Haz
la prueba y lo verás.